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viernes, 7 de agosto de 2020

El disco de la semana 187: The Ramones - Rocket to Russia

 



Hoy vamos con el tercer disco de Los Ramones, ROCKET TO RUSSIA, fue lanzado en 1977 y fue su segundo lanzamiento de ese año. Grabado en la ciudad de Nueva York, se esperaba que Rocket to Russia fuera el álbum que finalmente lanzaría a los Ramones al éxito general. El álbum tenía un presupuesto de producción más alto que los dos discos anteriores, y su sello Sire Records acababa de firmar un contrato de distribución con un importante (Warner Brothers), lo que proporcionó a la banda un impulso promocional adicional.

 Como la música que hicieron estos cuatro duros muchachos neoyorkinos, simple y directa, tal nos llega la primera vez que lo escuchamos, pero en sus canciones, hay mucho más, entre sus pocos acordes hay un universo muy personal, especialmente lo hay para quienes, como yo, tenemos una profunda relación con sus músicas, relación que data de hace muchos años, cuando la música era aún un mundo denso e inabarcable, cuando con 10 años estaba listo para descubrirlo todo y el hermano mayor de tu amigo te lo pone…. Te quedas clavado. Es verdad que lo primero que te llama la atención son los temas sencillos, descarnados, de innegable simpatía, de este cuarteto que después de mucho pelearlo, de ser absolutamente ignorados en su tierra natal durante años pero que fueron reconocidos unánimemente a posteriori, teniendo hoy, el reconocimiento y la mítica universal que siempre merecido. Si no prestas la suficiente atención las canciones de los Ramones pueden parecer repetitivas, excesivamente sencillas, simplonas y de letras carentes de un gran sentido poético. Los Ramones compusieron algunas de las músicas más energéticas, hermosas, potentes, esenciales, primitivas, intensas y originales del rock and roll en general, generando en el camino una pléyade de imitadores que a su vez desataron subgéneros enteros de un estilo, que con su propuesta musical pero también con su estética y su idiosincrasia, ayudaron a definir fundamentalmente a la musica. Existen pocas figuras de la música popular contemporánea que hayan tenido la importancia de estos cuatro muchachos de desaliñada apariencia, pero organizadísima mentalidad en lo que ocurrió después de que ellos aparecieron, e incluso en lo que sigue pasando aún hoy tienen gran parte de culpa.


 

Rocket to Russia continua con la formula había establecido en sus dos primeros álbumes, pero este definitivamente tiene un mejor sonido debido a la producción mejorada. La ferocidad de temas como "Cretin Hop", "Rockaway Beach" (la oda de Dee Dee a una zona costera particularmente sórdida en Nueva York) y el ahora clásico "Teenage Lobotomy" sorprendió a los oyentes desprevenidos directamente y para saciar los gustos de todos, incluyeron dos de las baladas tiernas compuestas por Joey ("Ramona" y "Here Today, Gone Tomorrow") y un par de versiones de rock 'n' roll clásico. su enfoque en estas versiones (su interpretación de "Do You Wanna Dance" aplasta la versión de The Beach Boys sin pensarlo dos veces, mientras que "Surfin 'Bird" de The Trashmen suena más coherente aquí que en la grabación original) es tan enérgico y natural , nunca sabrías que fueron compuestos y grabados antes de que la banda se conociera. Y todo esto sin mencionar uno de los grandes himnos de la banda, "Sheena Is A Punk Rocker", que tiene la influencia de un grupo de chicas de los 60 y la máxima aceptación de la cultura que la banda creó, fue lanzado como el primer sencillo del álbum y aunque había muchas esperanzas de que tuviera un gran impacto en la radio, apenas logró hacer mella en las listas de éxitos, aun así los críticos fueron buenos con el álbum. 


En un ejemplo clásico de la mala suerte de los Ramones, el punk británico explotó a lo grande mientras Joey estaba fuera del grupo por un accidente que le impedía trabajar con el grupo, Never Mind the Bollocks, Here's the Sex Pistols fue lanzado solo unas semanas antes de ROCKET TO RUSSIA y los británicos malhablados acapararon los titulares rápidamente y se convirtieron en los "rostros" del movimiento punk rock en lo que respecta al mundo en general. ROCKET TO RUSSIA debería haber sido la gran oportunidad de la banda para dejar su huella en el mundo, pero lamentablemente, perdieron el barco debido al mal momento y las circunstancias. Pero al final se ha convertido en uno de los álbumes definitivos de los Ramones y, aunque la llama de los Sex Pistols pudo haber ardido más, también se desvaneció rápidamente.

jueves, 23 de julio de 2020

La musica en historias: Fontaines DC







¿Punk irlandés? A simple vista una tierra de tanta tradición y sobre todo de guitarra nos puede echar para atrás esta proposición, pero a poco que vayamos descubriendo el sonido que esta banda de Dublin nos ofrece sin duda disfrutaremos desde el minuto uno y es que empezando por la manera en que se formó la banda tan típicamente irlandesa. Los cinco componentes, Grian, Carlos O'Connell, Tom Coll, Conor Curley y Conor Deegan, se conocieron en la universidad de Dublín, donde estudiaban música. Comenzaron a salir a tomar algo después de clase y a compartir poesía. Primero fue el amor que sentían todos por Jack Kerouac y otros escritores de Beat, y rápidamente las conversaciones giraron en torno a Yeats, Lorca y James Joyce. Los cinco incluso escribieron algo de poesía juntos: dos pequeños volúmenes, Vroom y The Winding, momento en el que decidieron formar una banda, un tanto alejada de la musicalidad de la poesía, pero con un fondo totalmente poético. Y desde que su primer sencillo 'Liberty Belle' lanzado a principios de 2017, han destacado en la escena musical indie-punk-garage-rock. Es empezar a escucharlo y rápidamente, te das cuenta que Fontaines DC son descaradamente irlandeses. DC al final de su nombre significa Dublin City (aunque lo añadieron después de darse cuenta de que ya había una banda de Los Ángeles llamada Fontaines).

Quizas Dogrel es su gran disco, con una energía y corazón tan evidente desde los primeros compases y aunque Fontaines DC habian dicho que pretendían ser una especie de 'punk Beatles', estuvieron muy influenciados por el grupo Dublines “Girl Band” y por el álbum debut de The Pogues en 1984, “Red Roses for Me”. El título del disco, es también un guiño a sus raíces irlandesas de clase trabajadora. Es un término utilizado, en su mayoría negativamente, para describir un tipo de poesía que alguna vez fue popular en Irlanda, era como la poesía de bar y eso estaba muy mal visto por la elite de la sociedad, mientras que para el trabajador era un combustible más en su día a día. Las primeras líneas del tema 'Big' son: 'Dublín bajo la lluvia es mío / Una ciudad embarazada con una mente católica'. Preguntados los autores sobre su música explicaron que "muchos de nuestros sonidos musicales son como autobuses, trenes y gentío en calles particulares de Dublín", además concretó “que somos el trasero de ninguna parte en Irlanda”. Junto a las baterías tensas y las guitarras de conducción, hay una poesía que se destila a través de cada canción. En 'Boys in the Better Land', Grian se refiere a alguien 'con una cara como el pecado y un corazón como una novela de James Joyce'. En 'Chequeless Reckless' mira directamente hacia la cámara y recita: 'Un vendido es alguien que se vuelve hipócrita en nombre del dinero / Un idiota es alguien que deja que su educación haga todo lo que piensa / Un falso es alguien que exige respeto por los principios que aplican / Un diletante es alguien que no puede distinguir la diferencia entre moda y estilo ''. 'The Lotts' se trata de una calle de no más de 50 metros de largo donde no se puede caminar por jeringas usadas. Las tradiciones folklóricas realmente se arraigan en la pista de cierre del álbum, 'Dublin City Sky'. Suena un poco como un triste canto de Nochevieja para los desilusionados y marginados.
Como Grian decía: 'Si quieres aprender sobre la vida a través de los ojos de un cínico romántico, ve a cualquier bar en Dublín. Hay tanta poesía de forma innata en los coloquialismos de las personas en Irlanda. Realmente no tienes que esforzarte por hablar poéticamente si estás hablando en la jerga de Dublín. Soy consciente del hecho de que el Dublín sobre el que estábamos escribiendo en el album Dogrel era un Dublín visto a través de los ojos de personas que lo habían perdido absolutamente todo, y eran la escoria de la jodida tierra. Tenían un piso que no podían pagar, trabajos a tiempo completo con un salario mínimo. Incluso hace referencia a tuvo un jefe que chiscaba sus dedos en vez de llamarle por su  nombre. A los chicos de Fontaines les gustaba escribir, beber y divagar por nuestro Dublin, éramos libres, en el sentido de que una rata es libre. Ese es el Dublín que vimos, y ya no tenemos ahora “es cierto que somos más afortunados y estamos mejor en el sentido de que estamos haciendo algo que nos encanta. Pero ya no hay esa desesperación que se presta a la creatividad y también te da mucha energía. Te da hambre de todo. La lluvia vuelve a caer, estamos empapados. Esto no parece necesariamente el retrato de una banda feliz, sino una banda que ha comenzado a reconocer el valor de su hogar, de su musa y su familiaridad, creo que es algo triste de alguna manera. Creo que extrañaré tener esa libertad que viene de ser una rata".


No todo en el album es de color esmeralda. La música tiene un carácter áspero, la energía desafectada se vuelve a veces hiriente y más con frases como: "un taxista se mea en el volante de su propio automóvil" o "la brisa en la noche te dejaría muerto como una piedra" Incluso mientras homenajean los muchos de su ciudad, reconocen lo rápido que está cambiando y lloran lo que ya se ha perdido. Así este álbum ha logrado capturar muchos de los sentimientos de la juventud del Dublin actual y como dijeron sobre su álbum: "Dogrel resume la esperanza y la trampa que siente cualquier persona con al menos una pizca de conciencia, y particularmente los millennials que tienen toda su vida por delante, pero que tienen que vivir en un mundo construido por generaciones anteriores que se volvieron locas sin tener en cuenta las consecuencias”

Escuchen este álbum de contradicciones: descarado y ruidoso; tierno y romántico; a la vez irlandés tradicional y post-punk. Es limpio, un poco crudo, la creación de un grupo de jóvenes tratando de descubrir su camino en un mundo nuevo y extraño. "Todo esto es esencialmente un experimento de autenticidad", dijo Grian "Si alguna vez no es auténtico, lo dejaremos". Antes de que suceda traten de descubrirlos.


viernes, 16 de agosto de 2019

El disco de la semana 140: Billy Idol - Devil's Playground




Verano del 89. Calor, chicas, música, con 16 años todo ello convergía en un lugar idealizado: las piscinas municipales. Bocadillo de tortilla, toalla y algo de dinero para comprar un refresco y un helado eran el único equipaje en la mochila. Eso, la ilusión de Romeo de poder encontrar allí a Julieta bañándose al sol, y varias cintas de cassettes del momento para escucharlas en el radiocassette que algún amigo siempre llevaba. Aquel verano, Prince y el murciélago desbancaron al Acid House, pero la cassette que más triunfó bajo la sombrilla de la piscina municipal, mientras jugábamos al mus y observábamos a los grupos de chicas de sombrillas cercanas, fue el Charmed Life de Billy Idol.

Acusado hasta entonces de hacer un punk comercial e inmaduro, más cercano al pop rock que al punk más ortodoxo, sin salirse demasiado de sus señas de identidad, se marcó en ese momento un disco brillante y más maduro que los anteriores. Temas como "Pumping of Steel" o la versión del "L.A Woman" de los Doors nos acompañaron en aquellos días de piscina y despreocupación.

Pero ningún verano dura eternamente, aunque Bryan Adams se empeñe en eternizar el verano que pasó en el 69. Y en este caso, al verano de Billy Idol le siguió el frío invierno del "Cyberpunk" (1993), un fallido intento de modernizar su sonido y crear un género de "techno punk" que, salvando la brillante "Shock to the system", no había por dónde cogerlo y fue el gran fracaso de su carrera. Aquel disco se le llevó por delante, hasta el punto de que nadie esperaba ya un retorno de un artista que parecía ya desaparecido definitivamente.

Doce años después, las piscinas municipales habían pasado ya a la historia. Independizados, viviendo en urbanizaciones con piscinas comunitarias, no parecíamos echar de menos nada de la anterior época. Y de repente, una tarde cualquiera de 2005, mientras rebuscaba feliz en una tienda de discos, vi de nuevo un pelo rubio de punta y una mirada desafiante desde la portada de un CD del expositor. El Elvis del Punk había vuelto, a reclamar con actitud chulesca su derecho a jugar en el patio del diablo.


DEVIL'S PLAYGROUND

"En el patio de recreo del diablo con una mente de ídolo (Idol). Directo al grano, listo para empezar, anuncia el momento"

Con este llamamiento verbal, y con una alta dosis de adrenalina musical, arranca el regreso de Billy Idol a la arena del patio de recreo del diablo, el lugar en el que más a gusto se siente. Super Overdrive explota con afiladas guitarras punk, que recuerdan a la producción del American Idiot de Green Day. Billy Idol deja claro desde el principio cuáles son sus intenciones, rodeado de sus colaboradores habituales (su inseparable Steve Stevens al mando de las guitarras, y Keith Forsey a la producción).

Los decibelios siguen en todo lo alto con World Comin' Down, otro excelente tema, quizá más alejado de los preceptos punk clásicos, para mirar hacia adelante con un sonido punk rock más actual. Green Day de nuevo aparecen como referencia estilística más evidente.

Rat Race comienza como un medio tiempo, basado en la clásica batería programada del más puro estilo Idol, acompañada del ritmo de una guitarra acústica, pero al llegar al estribillo el tema explota y vira abruptamente hacia el hard rock de guitarras pesadas, con la voz de Billy Idol en plena forma.

Tras el vigoroso arranque de las primeras canciones, para mi gusto con Sherri baja un peldaño y hace un guiño a sus temas más comerciales de los ochenta. En cualquier caso, es una canción que se disfruta fácilmente, y tanto Steve Stevens en la guitarra, como Brian Tichy a la batería y Stephen McGrat al bajo, entregan un trabajo a la altura de sus interpretaciones en el resto del disco.

El nivel del disco se dispara de nuevo con Plastic Jesus, aunque musicalmente las guitarras se rebajen en una balada acústica con sabor a carretera estadounidense. Billy Idol borda la parte vocal y aporta una de las letras más cínicas y divertidas del disco, sobre el Jesús de plástico que el protagonista lleva en el salpicadero del coche, que le protege en la carretera y le permite decir tacos al volante. Ironía, oficio y calidad para un tema grande.

Pero este no es un disco acústico ni de baladas, y la descarga de adrenalina y decibelios vuelve en Scream, canción que sigue la senda del Rebel Yell de los ochenta o del rotundo Speed de los noventa. Toda la banda suena enorme, en un tema que avanza sin control y a punto de descarrilar. Billy Idol en estado puro, contando a una chica lo que quiere de ella esa noche. "Hazme gritar, toda la noche". No hacen falta metáforas ni paños calientes.




Después de hacernos gritar e ilusionarnos, de repente se calza unos pies de barro y patina estrepitosamente con Yellin' At The Christmas Tree, un tema navideño que no encaja en el disco, ni por temática musical ni, lo que es peor, por fechas, ya que el disco se publicó en el mes de Marzo de 2005. Los insufribles arreglos de campanas navideñas destrozan el poco interés que la base rockera del tema podría haber presentado, y todo queda en un bache en el camino.

Afortunadamente, es solo un espejismo, y Romeo´s Waiting vuelve a la línea de punk rock moderno, abriendo un segundo tramo brillante del disco, en el que tienen cabida propuestas más duras como Body Snatcher o Evil Eye (en las que Steve Stevens vuelve a lucirse y a mostrar oficio). Con este bloque de canciones, nos despedimos de los himnos adrenalíticos del disco, para entrar en un tramo final en el que Billy Idol nos sorprende con un registro más maduro y acústico.

Absolutamente brillante es Lady Do Or Die, tema que explora las raíces del country rock y del rock and roll, con un ejercicio de madurez vocal que por momentos nos recuerda al Johnny Cash de los American Recordings. Cherie sigue la senda del tema anterior, con alguna dosis extra de azúcar comercial que la hace agradablemente ligera y digerible.


Summer Running cierra a buen nivel el disco. Para el final, Billy Idol parece decantarse por la línea acústica y melódica del último bloque, con una melancólica letra sobre un idílico verano ya lejano.
¿Se referirá a aquél verano del 89, de descubrimiento del calor, las chicas y la música? ¿Tendrá en mente alguna piscina comunitaria? Probablemente no, pero no nos pongamos melancólicos. No es el momento ni el lugar porque, a mitad de tema, la cabra tira al monte y las guitarras de Steve Stevens acompañan de nuevo al Elvis del Punk hacia su terreno favorito, su particular y demoníaco patio de recreo.

sábado, 17 de noviembre de 2018

El disco de la semana 92: The Rumjacks - Gangs of New Holland

 

Gnags of New Holland
Gangs Of New Holland, The Rumjacks



     Para la semana 92 de la aventura de 7dias7notas quisimos adentrarnos en el sonido punk rock con aires celtas y para ello nos fuimos a la localidad australiana de Sydney (Australia). Corre el año 2008 cuando el cantante Frankie McLaughlin y el bajista Johnny McKelvey deciden formar un grupo, The Rumjacks, y para ello incorporan a Gabriel Whitbourne (guitarra), Anthony Matters (batería) y Adam Kenny (banjo, mandolina y bouzouki). El grupo se adentra en los donidos punk rock, celtic punk, folk punk e incluso en el hardcore punk.

Tras foguearse aquí y allá la banda en 2009 publica un primer EP titulado Hung, Drawn & Portered, y antes de que termine el año lanzan un segundo EP llamado Sound As A Pound, demostrando la frenética actividad de la banda. Tan frenética que al año siguiente se lían la manta a la cabeza y publican su primer álbum de estudio de larga duración, Gangs Of New Holland (2010), el disco recomendado en la semana número 92 de la aventura de 7dias7notas. Un álbum con el que vieron como su popularidad y fama crecía exponencialmente causada por el tema An Irish Pub Song, tema donde nos recuerdan que podemos encontrar un pub irlandés en algún rincón de cualquier ciudad del mundo, y de cuyo tema lanzaron un video en Youtube, el cuál acumula hasta la fecha más de 65 millones de visitas, casi nada.

El tema An Irish Pub Song fue el catalizador para que el álbum alcanzara bastante popularidad y la fama del grupo se extendiera a Estados Unidos Y Europa. Pero además de este himno cervecero por excelencia, el disco es muy bueno y muy redondo, y vamos a encontrar muchos más temas interesantes, como Uncle Tommy, otra auténtica canción de taberna, las  geniales y acústicas The Black Matilda ó Bar The Door Casey, y temas más cañeros y punks como Big Man Down, Green ginger wine ó Spit In The street

Gangs Of New Holland es definitiva un excelente álbum con una mezcla de sonido punk y rock con música celta que consigue trasladarnos a la barra de algún pub irlandés, Y The Rumjacks uno de los mejores exponentes de éste estilo, cuyo reconocimiento y fama se ha visto lastrado por culpa de los episodios de violencia doméstica del cantante Frankie McLaughlin entre 2010 y 2012. El detonante que causó que fuera apartado de la banda en abril de este año fue  su comportamiento y actos violentos hacia los demás integrantes de la banda y equipo de apoyo, siendo sustituido por el vocalista Mike Rivkees.

jueves, 15 de noviembre de 2018

Disco de la semana 88: Iggy Pop - Post Pop Depression


De la depresión, y aunque parezca mentira, pueden salir grandes cosas, como este Post Pop Depression. Iggy ya había planteado sus reflexiones sobre el paso del tiempo en el desigual Avenue B (1999), un disco taciturno con un marcado carácter acústico, salteado de recitados en los que Iggy hablaba sobre los sentimientos que le generaba el hecho de hacerse mayor y sentir la muerte más próxima de lo que quisiera. Si en aquel disco apagó los amplificadores, para contar sentimientos profundas que, a la larga, acabaron lastrando el resultado final del álbum, en esta segunda crisis existencial su objetivo y su enfoque fueron totalmente distintos. Si la pálida dama de la guadaña estaba rondando, él haría un gran disco, uno con sabor a sus grandes discos berlineses de finales de los setenta, para dejar un legado brillante antes de la fatídica cita. Y así nació la idea de este Post Pop Depression.


Después de varios años sin publicar material nuevo, no quiso afrontar ese gran reto solo, y llamó a Josh Homme de Queens of the Stone Age, que entusiasmado por poder trabajar con uno de sus grandes ídolos, se ofreció como productor, guitarrista y compañero de creación, y le abrió las puertas del estudio privado de su "Rancho De La Luna" en Joshua Tree, California. La grabación duró dos semanas, mas una semana adicional en los Pink Duck Studios en Burbank, California. Iggy y Josh planificaron y financiaron el álbum, enrolando en el barco a Dean Fertita (compañero de Homme en QOTSA, y que aportó guitarra y teclados al disco) y a Matt Helders (batería de The Arctic Monkeys). En la soledad del desierto californiano, entre todos conformaron las nueve canciones del que sería, a la postre, el mejor disco de Iggy Pop de los últimos veinte años.

POST POP DEPRESSION

Publicado en Marzo de 2016, y tras la reciente muerte de su amigo y compañero David Bowie, el sonido que plasmaron en el disco fue un involuntario pero brillante homenaje a los discos que Bowie produjo con Iggy a finales de los setenta. Aunque separado por la friolera de cuarenta años, Post Pop Depression cierra, de alguna manera, la trilogía iniciada con The Idiot y Lust for Life en 1977. Desde el momento en que Iggy arranca, casi a capella y acompañado solo de una leve guitarra eléctrica, el estribillo de Break into your heart, el sonido nos retrotrae hasta el Berlín al que Bowie e Iggy se exiliaron voluntariamente, para intentar su enésima desintoxicación y un nuevo renacer artístico. Alejada de los riffs facilones de discos anteriores, el potente estribillo y el cuidado revestimiento de las guitarras de Josh y Dean, es un ilusionante comienzo muy por encima de la mayor parte de temas facturados por Iggy en solitario en las últimas décadas.

Podría tratarse de un espejismo, pero con Gardenia comprobamos que el agua que mana de la inspiración de estos músicos es real, y se desborda y precipita de nuevo entre las guitarras distorsionadas y el ritmo de esta oscura oda a los favores de una chica llamada Gardenia, que fue el single de presentación del disco. Pero el torrente no para ahí, y como guerrero curtido en mil batallas, la reflexión sobre la cercanía de la muerte lleva a Iggy a plantearse el más allá en American Valhalla (los fans de la serie Vikingos sabrán que sólo los muertos en batalla pueden acceder a este paraíso de los guerreros, un lugar en el que poder seguir luchando eternamente y codo con codo con los amigos ausentes) Un tema en el que la batería y el bajo mandan sobre el conjunto, salpicados de ambientales golpes de teclado y guitarra, y todo ello acompañando a la profunda y ajada voz de Iggy el eterno guerrero.

In the Lobby es uno de los temas más cercanos al sonido que impregnaba los discos de la época berlinesa. Iggy sigue profundizando en la idea de estar a las puertas del gran viaje final, esperando en el lobby a que le llegue el momento. La espera es más dulce, y mucho más inspirada, en Sunday, canción que despega desde el comienzo con el potente juego de parches de Helders, y con una áspera y chispeante guitarra que despertaría a cualquier dominguero del embotamiento de una siesta. Imposible no moverse al ritmo de este tema, otro de los grandes momentos del disco. Tras una brillante transición guitarrera, al final del tema se permiten incluso la transgresión de un cierre orquestal apoyado por una suave voz femenina.

Vulture es el tema más desnudo del disco, el momento en el que los súbditos y colaboradores se echan a un lado, y dejan espacio para el Iggy más árido y personal. En la antesala de la muerte, no podía faltar la inquietante imagen del buitre sobrevolando a su presa. El icónico animal sabe, al igual que Iggy, que el final está cerca, y proyecta su negra silueta mientras vuela en círculos. El desgarrador grito de Iggy al final del tema es como el de un viejo guerrero indio que acabara de ver esa amenazante sombra, y lo desafiara a bajar y enfrentarse con él.

Y hablando de la nostalgia de la época berlinesa, que mejor ejemplo que German Days, el más directo mensaje de recordatorio a esa época tan dorada a nivel personal y artístico. El desencanto continúa en Chocolate Drops, un tema sobre el desencanto de la derrota, y la posterior reacción de orgullo y esperanza, ya que sólo desde lo más bajo se puede comenzar de nuevo el ascenso, y transformar la mierda en la que te hundes en gotas de chocolate. El disco cierra con una interesante balada sobre Paraguay, una rareza en la discografía de Iggy, más proclive a nombrar paraísos mexicanos en sus letras. Quizá sospeche que allí se encuentre su American Valhalla, un lugar en el que pasar con Gardenia los últimos domingos de su vida, pero hasta que lo encuentre, esperamos que le de tiempo a regalarnos más discos a la altura de Post Pop Depression.

martes, 30 de octubre de 2018

El disco de la semana 40: Gossip - Standing in the Way of Control

Standing in the Way of Control, The Gossip



     Mary Beth Patterson, más conocida como Beth Ditto nace en 1981 en Searcy, Arkansas (Estados Unidos) en 1981, es el alma mater y vocalista del grupo Gossip, dotada de una prodigiosa voz gracias a la cuál ha llegado a ser comparada con las mismísimas Etta James y Janis Joplin. También es una activista en pro de los derechos de la comunidad LGTB.

     En 1999 Beth Ditto se junta en Searcy, su localidad natal, con el guitarrista Brace Paine y con Kathy Mendonca a la batería y juntos forman The Gossip, si bien el grupo acabaría llamándose Gossip. En sus comienzos se basan en los llamados sonidos garage rock y punk blues, si bien la formación va evolucionando hacia un sonido más indie rock y dance punk.
Tras su formación, ese mismo año el grupo se traslada en busca de oportunidades a Olympia (Washington) y consiguen un contrato discrográfico con el sello independiente K Records. Con este sello publican su primer EP de corta duración, titulado como el grupo en su momento, The Gossip.

     En 2001 y bajo el sello discográfico Kill Rock Star lanzan su segundo trabajo y primer LP de larga duración, That's Not What I Heard, y a este LP le seguiría su segundo EP, de nombre Arkansas Heat. En mayo 2003 publican su segundo LP, Movement, y en noviembre de ese mismo año publican su primer álbum en directo. Después del lanzamiento del directo la betería Kathy Mendonca deja el grupo, siendo sustituida por la batería Hannah Blilie.

     Como se puede observar, la actividad de Gossip desde su fundación es frenética, pero los resultados en forma de fama y ventas no acaba de llegar. No será ya hasta 2005 cuando se tengan noticias de actividad del grupo, realizando una colaboración para la solista Tracy con el grupo The plastics en su EP Real Damage.

     Habrá que esperar hasta el año 2006 para que Gossip obtenga el reconocimiento de la crítica y del público. Ese año, en enero publican su tercer Lp, Standing in the Way of Control, un álbum producido por el guitarrista del grupo Fugazi Guy Picciotto, y grabado en el estudio Bear Creek de Seattle (Estados Unidos). Es a raíz de la utilización del sencillo Standing in the Way of Control en un anuncio para la serie británica de televisión Skins que el grupo empieza a obtener el éxito y el reconocimiento internacional.

     Standing in the Way of Control se caracteriza por un cambio en el sonido del grupo, pues apuestan por la fusión del sonido punk con la música disco, y el resultado no puede ser mejor, un disco donde podemos escuchar temas como el que da título al disco, Standing in the Way of control, un tema que fue compuesto por Beth Ditto como respuesta a la postura que el gobierno de Estados Unidos tenía en ese momento sobre el matrimonio entre homosexuales durante la presidencia de George W. Bush. Ditto sostenía que la gente se había sentido engañada e impotente por la decisión del gobierno de negarle el derecho al matrimonio a los homosexuales. El coro lo escribió como una arenga para animar a la gente a no rendirse y luchar por sus principios. Es curioso que el tema que les dio el éxito en un principio fue usado sin permiso (el grupo no tenía ni idea) para la serie Skins.

     El tema Listen Up! tiene la curiosidad de tener dos vídeos musicales, en uno de ellos aparace Beth Ditto comiendo pizza en respuesta as las críticas por su sobrepeso, y en el otro vídeo relata como un transexual y un hombre acaban coincidiendo en un club y comienzan a bailar juntos.

     Standing in the Way of Control es un disco donde se alternan temas como los dos anteriores, Yr Mangled Heart ó Holy Water donde están muy presentes los potentes guitarreos mezclados con música disco y temas como Coal to Diamonds ó Dark Lines, de corte más lento dónde Beth Ditto da muestras de su enorme y brillante poderío vocal. 
     

El disco de la semana 38: Public Image Ltd - Album



LA IRA ES ENERGÍA


En el verano de 1998, en un supermercado londinense, a pocos días de regresar a Madrid tras el infructuoso intento que mi hermana y yo emprendimos para mejorar nuestro nivel de inglés en la capital inglesa, me detuve ante las diferentes variedades de tomate frito de uno de los estantes. Decenas de marcas, etiquetadas en múltiples colores, combinando el tomate frito con una inmensa variedad de especias, pero ni un solo frasco de, simple y llanamente, tomate frito a secas.

Después de un mes entero de dificultades para adaptarme a la vida londinense, las particularidades de la oferta alimenticia no eran ya motivo de sorpresa, pero de alguna manera en aquel momento, de pié frente a un muro de botes de tomate, mi cerebro hizo "click" porque la gota había colmado el vaso. Paré por un momento el disco de PIL que sonaba por los auriculares de mi Discman, y me invadió una gran sensación de ira, sentimiento que según John Lydon y sus PIL es una relevante fuente de energía.

En 1998, el Discman había relevado al Walkman en mi mochila, y PIL a los Sex Pistols, siguiendo la natural evolución por la que acabas siguiendo al cantante de tu grupo favorito cuándo éste se disuelve. El proceso de descubrimiento de PIL fue lento y laborioso, no era fácil conseguir discos de un grupo totalmente desconocido en España, así que mi primer contacto con el disco "Album" llegó muchos años después de su publicación en 1986. De hecho, en el año del lanzamiento de este disco, yo estaba aún descubriendo a los Sex Pistols (momento detallado en la música en historias: La Zona Punk).

En 1986 John Lydon (Johnny Rotten en los Sex Pistols), recién llegado a Hollywood, descubría que el grupo de jóvenes músicos, contratados para su nueva entrega de PIL, estaba totalmente sobrepasado por la presión de grabar en un gran estudio y no daba la talla para ese propósito. Tuvo que prescindir de ellos, y se vió en ese momento solo y sin posibilidad de grabar sus canciones.

Su productor, Bill Laswell, se puso rápidamente a buscar músicos que quisieran tocar en un disco de baja repercusión y que no pidieran a cambio grandes cantidades de dinero. Para su gran sorpresa, se subieron al barco Ginger Baker, batería de Cream (aunque en el disco también toca Tony Williams en algunos temas), y Steve Vai a la guitarra. Ryuchi Sakamoto añadió unas líneas de teclado y el propio Bill Laswell se hizo cargo del bajo para que este particular "PIL" echara a andar.


Para que el disco fuera considerado un disco de PIL, y no como un disco de varios músicos conocidos colaborando, Johnny tomó la decisión de no incluir créditos en el álbum y, llevando la idea al máximo, decidió también que se llamaría simplemente "Álbum" ("CD" o "Cassette" en las versiones en estos soportes). Tampoco habría un diseño diferencial para el producto, ya que el disco sería a todos los efectos una "marca blanca". El propio Johnny lo definió como: "Un artículo sin marca, genérico. Sin rodeos, las cosas como son y punto". Y eso es justo lo que yo necesitaba en aquel momento clave y surrealista de mi vida. Simple y llanamente, tomate frito.



A diferencia de otros discos de PIL en los que, si no eres un iniciado en la manera tan particular que tienen de enfocar y expresar su música, correrías despavorido hacia tu reproductor de discos pensando que estaba dando chirriantes signos de mal funcionamiento, el primer tema "FFF" respeta bastante los cánones del concepto de canción rock y proporciona la rotundidad de arranque necesaria para empezar a valorar las bondades de este disco. La batería de Ginger Baker o Tony Williams (desafortunadamente Johnny no recuerda que batería agarró las baquetas en cada uno de los temas) es demoledora, y Johnny canta con la rabia de un poseso, o de alguien que quiere estar a la altura de los grandes músicos que lo rodeaban. Y en este disco lo está.



"Rise" es la gran apuesta del disco, el hit en single que Johnny nunca tuvo. Una canción con ciertos aires étnicos, gracias a la colaboración de, en sus propias palabras, "un tío indio llamado Shankar que tocó una especie de violín indio que encajaba a la perfección". Gracias Johnny por la calidad de los datos, como suele decirse "si te acuerdas de los 60 es que no los viviste", y esto en el caso de Johnny aplica para varias décadas posteriores. Más acertado estuvo nuestro protagonista en describir el sentimiento fundamental de la canción, a través de la frase mítica que emerge en este gran tema: "¡La ira es energía!".


"Fishing" continúa por la senda del rock, apoyada en la rotunda batería y en las líneas de guitarra de Steve Vai como genial acompañamiento a las peculiares inflexiones vocales de Johnny, el enfant terrible del punk y del "techno rock post punk" al que nos llevó con PIL.

El disco parece tomarse una tregua con "Round", tema más suave que los anteriores y basado en el repetitivo estribillo en el que Johnny engancha una y otra vez la palabra del título. 

"Bags" tiene en común con el resto de canciones hermanas del disco la machacona y rotunda batería y el repetitivo estribillo, pero viene con una carga extra de teclados que le dan un toque más ochentero a la propuesta sonora de estos PIL remozados.  

"Home" es la segunda gran apuesta del disco de cara a las listas de ventas. La guitarra de Steve Vai chisporrotea en primer plano y las transiciones de teclado tienen un cierto toque épico. Johnny está aquí en su salsa, estirando las palabras en los finales de frase, particular marca de la casa desde los tiempos de los Pistols.

"Ease" tiene un comienzo ilusionante, que parece vislumbrar la rareza final que todo disco imaginativo y diferente debe incluir, arrancando con unas líneas de teclado de aire oriental que, me arriesgo a asegurar, llevan la firma de Ryuchi Sakamoto. Con la entrada de la guitarra de Steve Vai, la canción retorna a terrenos más convencionales y se queda a medio camino de lo que podría haber sido. Tema largo y desarrollado (se prolonga hasta los 8 minutos con la ayuda de un gran solo de Vai) que alcanza cotas instrumentales difíciles de encontrar en otros discos de PIL.


Todo esto estaba en mi Discman en aquellos últimos días en Londres. El mismo Discman que, el día de la vuelta a España, en un abarrotado autobús que se dirigía a la estación Victoria, descansaba guardado en mi mochila de viaje. En un frenazo a causa del complicado tráfico, no pude evitar dar un leve y accidental golpe a un pasajero con la mochila. Intenté girarme para pedirle disculpas pero, a medio camino del giro, le escuché decir "¡Shit!" (mierda).

No dije nada en un primer momento, pero el resto del viaje la indignación estuvo dando vueltas sin parar en mi cabeza. ¿Iba a ser ese comentario despectivo el último recuerdo de mi experiencia en Londres? Y más irracionalmente... ¿Iba a marcar ese episodio una pauta en mi vida en la que, en adelante, me dejara pisar por cualquiera que pudiera considerarme como una mierda? Decidí que no.


Como si el Discman estuviera dentro de mi cabeza en lugar de en la mochila, las notas de "Rise" comenzaron a sonar en mi cerebro, en concreto la parte en la que la frase clave se repite: "¡Anger is an energy!" (¡La ira es energía!). Conforme pasaban las paradas, el autobús se fue despejando, hasta que los dos pudimos estar frente a frente, y pude ponerle cara a mi alter ego. Un señor con bigote y cara de ser poco amigo de los mochileros, que en ese momento pulsó el botón de solicitud de parada.

Sin dejar de mirarle de frente, en el momento en que se abrieron las puertas le dije: "'¡Bye, bye shity man!" (¡Adiós, hombre de la mierda!) en referencia a su desagradable comentario. Mi hermana me miró entonces con los ojos desorbitados, tan sorprendida como el señor del bigote, que me miró con gesto inevitablemente serio. Tras unos segundos de silenciosa tensión, asintió educadamente con la cabeza como si reconociera que mi ofensa era, desde un punto de vista salomónico, una respuesta a su inadecuada conducta, y por tanto estábamos los dos empatados. "Bye Bye" contestó, antes de girarse y abandonar el autobús. Las puertas se cerraron, le vi alejarse, y mi último recuerdo de aquella experiencia fue que "la ira es energía".