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domingo, 31 de enero de 2021

La música en historias: Finaliza el Mes David Bowie

 


Finaliza el #MesDavidBowie, y mientras paseo por un bulevar cercano a mi casa, tengo la sensación de que, para abarcar toda la obra del Duque Blanco, tendríamos que haberle dedicado el #trimestreDavidBowie, para poder profundizar en muchos otros discos relevantes de su extensa discografía. Al final del bulevar, me detengo en un pequeño recodo de la calle, desde el que se accede a una zona de pistas de skate, en la que el gris de las rampas de cemento está salpicado de pintadas de grafiteros. Pienso en la portada de Lodger (1979), el tercer disco de la trilogía berlinesa, con un Bowie caracterizado como si se hubiera desplomado desde gran altura o, por qué no, como si se hubiera caído de un patinete en una de esas cuestas de áspero cemento. Lodger no era tan áspero ni tan atropellado como la portada sugería, y no llegaba a las cotas de experimentación de los dos discos anteriores, pero aportaba de nuevo un buen puñado de canciones al "universo Bowie".

Al caer la tarde sobre las solitarias pistas de skate, el lugar empieza a tornarse algo inquietante. No vivo en un barrio peligroso, pero las sombras que proyectan las luces de las farolas al iluminar las afiladas rampas hacen que mi imaginación se dispare y mi mente se ponga en alerta ante la posibilidad de encontrarme con monstruos terroríficos como los de Scary Monsters (1980), considerado por muchos como el último gran disco de Bowie, tras el que su patinete se lanzó en caída libre por una de esas escarpadas rampas del destino. Y hablando de patinetes, como no recordar que, precisamente, la primera vez que vi a Bowie fue montado en unos patines, en el vídeo promocional de "Day in day out", el single de lanzamiento del fallido Never let me down (1987), uno de sus desvaídos discos de los ochenta. El bajo tono general del disco no impide que, en mi caso, y quizá asociado a esa potente imagen de un Bowie con cazadora de cuero, patines y guitarra eléctrica, cantando sobre la difícil vida de una madre en los suburbios de la gran ciudad, la canción siga teniendo mi indulto permanente.

Ya en los 90, Black tie, white noise (1993) fue uno de los primeros discos con los que estrené mi primer equipo de sonido en CD, y aunque seguían siendo escasas las vetas doradas que se podían encontrar en sus discos, el brillo de "Jump they say" mantenía la esperanza en que la llama de los geniales discos de los setenta volviera a prender en algún momento. Lo hizo, de manera más o menos intermitente, en esa extraña pero meritoria obra conceptual llamada Outside (1995), protagonista de una de mis primeras citas con mi futura mujer. Paseando por el centro de Madrid, pasamos por delante de una tienda de discos, y le pedí que me acompañara a su interior por tan solo unos minutos. Al fin y al cabo, si iba a convertirse en la mujer de mi vida, tenía que empezar a acostumbrarse al mayor y más sano de mis muchos vicios. 

De allí salí con ella de la mano, y con Outside bajo el brazo. ¿Qué más se le puede pedir a la vida? Pues ya puestos, que Bowie hubiera mantenido el pulso firme de discos como The Buddha of Suburbia (1993), Earthling (1997)Heathen (2002), frente a discos más apagados y desiguales como Hours (1999) o Reality (2003). Que el tiempo se hubiera detenido eternamente en ese inesperado gran retorno que fue The Next Day (2013), y que una estrella negra no hubiera anunciado nunca el final de su vida y de su obra en Black Star (2016). Pero el tiempo sigue su rumbo de manera inexorable, y ya es noche cerrada en las pistas de skate del barrio. Un perro ladra a lo lejos, y se oye el ruido de alguien dando una patada a lo que parece una lata de refresco vacía. Los monstruos terribles se acercan, y es el momento de regresar a casa. Al volver sobre mis pasos, y por sólo un segundo, juraría haber visto por el rabillo del ojo una delgada silueta enfundada en una cazadora de cuero, alejándose patinando al mismo tiempo que el #MesDavidBowie llega a su fin.

miércoles, 27 de enero de 2021

David Bowie - Héroes (Mes David Bowie)

Héroes, David Bowie

 


     En esta ocasión vamos a detenernos en Héroes, como el segundo disco de la llamada trilogía berlinesa de David Bowie. Recordemos que a finales de 1976 se muda a vivir a Berlín Occidental en un intento por dexintosicarse y revitalizar su carrera. Allí comparte piso con Iggy Pop y comienza a trabajar con el cantante, compositor y productor musical Brian Eno. En 1977 ayuda a componer y escribir el álbum debut de Iggy Pop, The Idiot, y ese mismo año publica Low, el cuál ha reseñado nuestro querido Nevermind. Con Low le da a su forma de componer letra y música una forma más oscura y abstracta, y el disco aunque obtiene críticas negativas y no es recibido tampoco con mucha alegría por su compañía discográfica en ese momento, RCA Records, que lo que pretendía era mantener el tirón comercial que Bowie tenía y pensaba que iba a fracasar con éste disco, acaba superando en ventas en el Reino Unido a su anterior trabajo, Station To Station



El 14 de octubre de 1977 Bowe publica el duodécimo disco de su carrera en solitario, y el segundo de la trilogía berlinesa, Héroes. Para éste álbum Bowie trabaja con Biran Eno al igual que con el anterior disco, Low, y es grabado en el Hansa Studio by the Wall, de Berlín Occidental entre julio y agosto de 1977 bajo la producción de él mismo y Tony Visconti. El disco contiene el mismo concepto minimalista e instrumental que Low, pero le dota de un aire más alegre y positivo y le introduce más elementos pop y rock. El personal que colabora con Bowie para la grabación de Héroes está compuesto por Carlos Alomar (guitarra rítmica), Dennis Davis (percusión), George Murray (bajo), Brian Eno (sintetizador y teclados), Robert Fripp (guitarra), Tony Visconti (coros) y Antonia Maass (coros). El disco obtiene una muy buena recepción de la crítica y del público, llegando al puesto número 3 en las listas británicas y permaneciendo en ellas durante 26 semanas seguidas, el puesto 35 en las listas estadounidenses, y obteniendo muy buenos resultados también en países como Alemania y Francia.

Héroes es un disco donde Bowie vuelve a poner de manifiesto el espíritu de la Guerra Fría, y vuelve a rendir homenaje a sus influencias de Krautrock, la corriente musical de rock experimental surgida a finales de los años 60 en la antigua República Federa Alemania. El tema que abre el disco es Beauty and the Beast, compuesta por Bowie, comienza con una especia de música inconexa de guitarra, piano, música electrónica y voz que va in crescendo. Podemos apreciar el toque que Robert Fripp le da con su guitarra eléctrica y el gran trabajo de Brian Eno con los sintetizadores. En cuanto a la letra, es una especie de oda de la relación amor / odio que Bowie mantenía en aquella época con su adicción a las drogas, más concretamente a la cocaína en ese momento. Joe the Lion, compuesta por Bowie, uno de los temas influenciados por el krautrock alemán, es un tributo al artista conceptual estadounidense Chris Burden, quién se crucificó una vez a sí mismo en 1974 en un Volkswagen New Beetle, y al que Bowie compara en el tema con una cruz de hierro. Para la lína de bajo de éste tema Bowie utilizó la de su tema Changes (Hunky Dory - 1971). Héroes, compuesta por Bowie y Brian Eno, el título es un guiño al tema Hero del disco Neu! '75 de la banda alemana Neu!, y cuyo guitarrista de esa banda, Michael Rother, había sido tanteado para tocar en éste álbum. Al parecer la inspiración le vino a Bowie al observar por la ventana del estudio, desde la que podía verse el muro de Berlín, a una pareja besándose, y aquella imgen de contraste entre el amor y la guerra le sugirió la idea del tema. Aquella pareja que Bowie vió en aqel momento no era sino al mismísimo Tony Visconti junto a una mujer, algo que sería confirmado años después. Sons of the Silent Age, compuesta por Bowie, fue el único tem que se gestó antes de las sesiones de grabación, pues todos los demás fueron creados e improvisados en las sesiones de grabación del disco. El tema hace referencia a los personajes de su canción The supermen (1970), y según la crítica, la letra es una revisión en tercera persona de lo temas de la abstinencia psicótica que Bowie había explorado en su anterior álbum, Low. Cierra la cara A Blackout, compuesta por Bowie, es quizás el tema más difícil del disco, con unas letras difíciles de esntender, donde Bowie hace alusión a cortes de energía, refiriendose probablemente al apagón sucedido en la ciudad de Nueva York en 1977,  que ha sido interpretado como al apagón personal sufrido por Bowie en Berlín, donde sufrió un colapso, siendo trasladado al hospital de urgencia. 



Abre la cara B V-2 Schneider, compuesta por Bowie, pieza instrumental donde el artista rinde tributo a Florian Schneider, cofundador de la banda alemana Kraftwerk, para quien Bowie supuso una clara influencia. V-2 era el apodo por el que se conocía a Schneider. También se llamó así al primer misíl balísitico desarrollado por el ejercito alemán durante la Segunda Guerra Mundial. Para ayudar a generar ideas creativas, Brian Eno empleó sus llamadas Oblique Strategies, un método ideado por el mismo y por el artista Peter Schmidt, y cuyas cartas ofrecían desafíos con el fín de ayudar a los artitas a romper los bloqueos creativos y así fomentar la creatividad. Los siguientes tres temas, instrumentales, fueron creados a partir de éste juego entre Eno y Bowie,  Sense of Doubt, compuesta por Bowie, otro de los temas más oscuros del disco, Moss Garden, compuesta por Bowie y Eno, y Neuköln, compuesta también por ambos. Éste último instrumental lleva el nombre de un distrito de Berlín, y según la crítica especializada, con la música Bowie pretendía reflejar el desarraigo de los inmigrantes turcos que constituían un gran parte de la población de dicho barrio berlinés. Cierra la cara B y por tanto éste imprescindible disco del genial artista The Secret Live of Arabia, compuesto por Bowie, Eno y Carlos Alomar, tema que sería versionado en 1982 por la banda y productora British Electric Fundation (formada por los exmiembros de Human League y Heaven 17 Martyn Ware) en su álbum Music of Quality and Distinction.

domingo, 24 de enero de 2021

David Bowie - Low (Mes David Bowie)


 "Hoy voy a empezar a construir la casa dónde estaré para toda la vida..."

No, no me he despistado, creyendo que estoy de nuevo en el #MesCoqueMalla en lugar del #MesDavidBowie. Es que creo que Berlín, la canción de Coque, refleja perfectamente el momento vital en el que se encontraba David Bowie, en el momento de crear y publicar Low (1977), el disco con el que abrió algo más que lo que todos conocemos como su "Trilogía de Berlín" (Completada con los posteriores Heroes y Lodger). Con este disco, y más concretamente con la decisión previa de alejarse del "star system" y buscar el anonimato en Berlín, David Bowie buscaba un nuevo comienzo, una búsqueda de sentido y de dirección para su vida, inmerso como estaba en una lucha por salir del infierno de las drogas. No es de extrañar que un cambio de este tipo no acabara también manifestándose en un cambio relevante en su enfoque artístico. Low nace de ese estado vital y de ese momento personal concreto, además de la fascinación de Bowie por la escena musical alemana.

Tampoco estoy construyéndome una casa, aunque acabo de comprarme una nueva, y espero que sea para toda la vida. Cambiarse de casa es un cambio muy relevante, y una apuesta por un nuevo comienzo. En un pequeño cuarto de esa casa, montaré mi rincón para la música. Será un lugar presidido por estanterías llenas de vinilos y compactos, recopilados durante toda una vida. En ese lugar, habrá un espacio reservado para The Man Who Fell to Earth (1976), la película en la que Bowie encarnó a un extraterrestre llegado a La Tierra. Para la banda sonora del film, le propusieron que trabajara en varios temas, que finalmente no fueron utilizados. Ahí surgió el germen de lo que un año después sería Low, y quizá para reconocer ese nexo con la película, la portada del disco es una imagen de Bowie caracterizado como el personaje que interpretó en el film.

En Berlín, Bowie rompe con el pasado, y mira directamente hacia el futuro, aunque aún no sabe bien que dirección seguirá para encontrarlo. En algún momento, descubrió hacia dónde apuntaba ese Norte, y quizá mirándose en el espejo en alguna de las habitaciones del piso de la Hauptstrasse, se dijo algo parecido a "Voy a saltar, voy a nadar hasta otro lugar, para toda la vida", y tuvo claro que no seguiría el camino de discos anteriores como Young Americans, como le hubiera gustado a los directivos de la discográfica, sino que daría un paso más allá en el enfoque experimental iniciado en Station to Station. Con la inestimable ayuda de Brian Eno y del productor Toni Visconti, empezó a dar forma al que probablemente sea el disco más experimental de su carrera, un disco de culto y situado en las antípodas de lo que pueda considerarse un disco convencional.


UN RECORRIDO POR LAS HABITACIONES DE "LOW"

Veo la pared donde colgué, las fotos que acumulé, durante toda la vida. No reconozco a nadie, y sin embargo, cuando pienso que eran rostros que ayer eran toda mi vida, sé que ya no estoy, y que no quiero mirar la pared nunca más en la vida"

El disco comienza con Speed Of Life, corte instrumental en el que destacan los efectos electrónicos en los teclados, y la áspera guitarra de Ricky Gardiner, primer ejemplo del sonido oxidado y sin depurar que será la gran seña de identidad de toda la primera parte del disco. Con Breaking Glass el disco empieza a contagiarse del tono triste, oscuro y críptico de las letras, que aquí parecen reflejar aspectos de su pasado de los que se arrepiente ("No mires a la alfombra, dibujé algo desagradable en ella". Menos personal es el enfoque de What in the world, con la colaboración de Iggy Pop en los coros. Iggy fue uno de los pocos "rostros de la pared" de los que Bowie no quiso separarse, y aunque su participación en el disco se reduce a este tema, el retiro en Berlín del Duque Blanco no se entiende sin su presencia como compañero de piso y de aventuras en la capital alemana.

Low alcanza su momento más alto en Sound And Vision, tema muy por encima del resto de canciones, y que no por eso puede ser etiquetado como el más convencional. Al contrario, el desamparo que embargaba a Bowie se cuela en la aparentemente inofensiva y colorida letra. El "azul de la habitación en la que viviré" hace referencia a la tristeza,  y las "persianas pálidas todo el día" nos hablan de la depresión que no le permite ver la luz. Es Bowie aislado en su retiro voluntario, sin "nada que hacer, nada que decir", sólo esperar que la inspiración le llegue ("Me sentaré, esperando el regalo del sonido y la visión"). Todo un hit agridulce, que sin duda sonará insistentemente en la terraza de mi nueva casa, dónde pienso "preguntarme a veces sobre el sonido y la visión" con una buena cerveza en la mano.

Always crashing in the same car profundiza en el difícil momento vital que atravesaba. En todo propósito de cambio, hay momentos en los que las cosas parecen no estar saliendo de acuerdo a lo planeado. En una genial metáfora, inspirada en un accidente de coche real, Bowie describe esa sensación de estar dando "vueltas y vueltas en círculo" sin encontrar una salida, y resignado a acabar "estrellándose siempre contra el mismo coche". El tratamiento instrumental, con las guitarras y los teclados distorsionados, y la dejadez con la que la voz de Bowie transmite esa rendición ante el insalvable destino, la convierten en un tema tan irónico como brillante.

Be My Wife tiene un peso bastante marcado de los teclados, tanto en el ritmo como en las secciones de transición melódica, y podríamos decir que es, además de Sound and Vision, el otro hit radiable del disco, dentro de un álbum con pocas balas que disparar en radios convencionales. La primera cara termina con el tema más positivo, A New Career in a New Town ("Una nueva carrera en una nueva ciudad"), que reafirma con su título el proyecto de vida que se escondía tras la experimentación musical de Low. Un tema instrumental que cierra una primera parte que tiene, en sí misma, entidad de obra redonda y terminada, y muy diferente a lo que encontraremos al girar el disco.

Influido por la música vanguardista del emergente estilo Krautrock de grupos como Neu! o Kraftwerk, los temas del segundo tramo de Low son auténticos experimentos de música ambient. Temas como Art Decade o Weeping Wall pierden, con su ambiental minimalismo, el carácter áspero y urbano de los temas anteriores. A cambio, ganan en vanguardismo atmosférico y marcadamente instrumental, salvo por los puntuales gritos tribales de Bowie en Warszawa, o la breve letra de Subterraneans (el mejor tema de esta parte del disco). Son estancias de la futura casa muy marcadas por la influencia de Brian Eno, y que me generan menor entusiasmo. Algo así como el trastero, el tendedero o la plaza de parking, estancias menos cálidas de esa casa que Bowie empezó a construir, y de ese Berlín en el que no sabemos si llegó a pensar quedarse "para toda la vida".

miércoles, 20 de enero de 2021

David Bowie - Station to Station (Mes David Bowie)

La música en historias: Station to Station - #MesDavidBowie


Un disco que ni se acuerda el propio David Bowie, según sus dichos por el mismo musico, porque fue una época muy compleja para el músico por su adicción a las drogas, pero este disco de apenas seis canciones.

Pero David Bowie hace una transición del funk y el soul, haciendo un salto hacia sintetizadores y ritmos motorik influenciados por bandas electrónicas alemanas. Una curiosidad del disco, todas las canciones de Station to Station, excepto la que da el título al álbum, eventualmente fueron publicados como sencillos.

Pero vamos con la producción del disco Station to Station fue grabado en 1975 en Cherokee Studios, Los Ángeles, la grabación fue realizada en 10 días de actividad frenética, pero no solo eso fue lo frenético de este disco, el propio David Bowie no recuerda casi nada de la producción del álbum, ni siquiera del estudio, admitiendo el propio artista en declaraciones que "Supe que estaba en L.A porque lo leí".​ El cantante no era el único que abusaba de la cocaína durante las sesiones, Carlos Alomar (Guitarrista) comentó, "Si había una raya de coca que te mantuviera despierto hasta las 8 de la mañana, entonces podías hacer tu parte en la guitarra, y seguías con la raya [...] el uso de coca es impulsado por la inspiración"

Al igual que Bowie, Earl Slick tiene pobres recuerdos de la grabación "El álbum es un poco borroso ¡por razones obvias! Estábamos en el estudio y fue genial, pasábamos ahí un montón de horas, un montón de noches".

Lo cierto es que pese al olvido de sus artistas Station to Station esta entre los mejores álbumes de Bowie y así lo afirmaron los especialistas, Station to Station fue lanzado en enero de 1976, y Billboard consideró que Bowie "había encontrado su hueco en la música", a raíz de temas como "Fame" y "Golden Years", aunque la "canción de diez minutos aburre" (en referencia a la canción "Station to Station"). Y NME lo llamó "uno de los álbumes más significativos de los últimos cinco años". 

Daniel
Instagram Storyboy

domingo, 17 de enero de 2021

David Bowie - Diamond Dogs (Mes David Bowie)


Diamond Dogs - #MesDavidBowie

Estamos ante el sexto disco de David Bowie, es el disco donde David Bowie se encuentra entre el Glam de Ziggy y las nuevas vías de expresión del Bowie pre-soul/funk. 

De entrada sorprendió que, a pesar de estar disueltos los Spiders From Mars, no contara con las habilidades de Mick Ronson en la guitarra. David Bowie asumió el trabajo de guitarrista en casi todos los temas del disco y podemos decir que salió airoso. 

El primer disco de David Bowie sin los Spiders desde 1969 se esperaba con una mezcla de expectativa y escepticismo y el cantante era consciente de ello. Hablamos de los días en que David Bowie se encontraba dentro del círculo Stones; colaboró en los coros y creativamente en el single It’s Only Rock & Roll y se le veía mucho en compañía del andrógino Mick Jagger versión 1973. Por todo esto no es de extrañar ese sonido tan Stones en el tema Diamond Dogs

David Bowie se instaló con su equipo en los Olympic Studios. estamos hablando de octubre de 1973. pero no finalizaria aquí posteriormente continuará las sesiones en los Island Studios y en los Ludolf Studios de Hilversum (Holanda). Los músicos elegidos para darle forma al disco fueron, Herbie Flowers (un habitual en las grabaciones de Lou Reed). Otra novedad fue que Tony Visconti volvió junto a David Bowie, aportando arreglos de cuerda y mezclando el disco. 


Las sesiones se alargaron hasta febrero de 1974. El arte de portada, creado por Guy Peellaert, muestra un híbrido David Bowie/Canino que causó revuelo porque mostraba los genitales del perro de ojos bicolor. El retoque fue inevitable y eso elevó a precios prohibitivos los discos con la portada original. 

Finalmente Diamond Dogs fue lanzado el 24 de mayo de 1974. Cuando le preguntaron a David Bowie su opinión sobre el nuevo disco no dudó en valorarlo "un álbum muy político. Mi protesta … más ‘yo’ que nada de lo que he hecho anteriormente". Con este disco se consumó su abandono del Glam para adentrarse en otros estilos. 

Fue número uno en el Reino Unido y quinto en Estados Unidos, aunque no le faltaron detractores (por ejemplo Rolling Stone le dio apenas dos estrellas y media sobre cinco). Diamond Dogs es un álbum de suma importancia en la carrera de David Bowie, sus guitarras ásperas y empíricas se consideran como protopunks. Diamond Dogs es, a su manera controversial y poco complaciente, un clásico por derecho propio.

Daniel 
Instagram Storyboy


miércoles, 13 de enero de 2021

David Bowie - Aladdin Sane (Mes David Bowie)



¿Quién va a querer a Aladdin Sane?

El alter ego que sustituyó a "Ziggy Stardust" en el siguiente disco triunfal de David Bowie, después de que "matara" al mítico personaje de "The Rise and fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars" era un reflejo de las preocupaciones del artista por lo que él interpretaba como una tendencia hereditaria en su familia a sufrir problemas mentales. El miedo que sentía a que los problemas que sufría su hermano fueran hereditarios, y que por tanto pudieran afectarle a él en algún momento, tuvo su personificación e en la figura del icónico "Aladdin Sane", en realidad un juego de palabras para definir a "un muchacho demente" ("A lad insane").

El cambio de personaje trajo consigo, también, una evolución en el sonido de Bowie, que aunque siguió inmerso en el explosivo glam rock que había caracterizado su anterior obra, las canciones de Aladdin Sane dejaron entrever claros tintes stonianos y una innovadora tendencia a la teatralidad y el vodevil, en una combinación que resultó de lo más fresca y efectiva. La mayor luminosidad de la música no afectó a unas letras que volvieron a ser tan sexuales, ambiguas y decadentes como en entregas anteriores.Buena prueba de ese nuevo enfoque "stoniano" es el arranque del disco con Watch that man, pieza marcadamente rockera y revestida con potentes coros, en la que la guitarra de Mick Ronson dibuja brillantes trazos, acompañada del efectivo colchón rítmico que forman la batería, el bajo y, sobre todo, el piano de Mike Garson, que brilla omnipresente a lo largo y ancho de todo el disco, y que tiene su punto de máximo esplendor en Aladdin Sane, tanto en la manera en que da vigor al tema en su parte más ortodoxa, como en la brillante parte de improvisación final, en la que sus dedos vuelan sobre las teclas para dibujar, en clave de jazz experimental, la locura que atormenta al personaje, que en el estribillo se pregunta: ¿Quién va a querer a un muchacho demente?.

Tras el vigoroso arranque de los dos temas anteriores, Bowie se permite en Drive-in Saturday el lujo de homenajear a la música doo wop y el cine de los años 50, en concreto las películas sobre amores adolescentes en los auto-cines al aire libre. Es uno de los temas del disco que más ha perdurado en la memoria de sus fans, estando presente en la mayor parte de recopilatorios de sus mejores temas. Es sólo un brillante alto en el camino de rock vigoroso y de efectivos estribillos, retomado inmediatamente después en temas como Panic In Detroit y Cracked Actor.

El disco entra entonces en el tramo más teatral y cabaretero con Time, pieza clave por su brillante estructura dramática y sus grandilocuentes coros. Una joya oculta e infravalorada de su extensa e interesante discografía, como lo es también The Prettiest Star, más sencilla y menos pretenciosa, y dotada de una melodía dulce y elegante y unos coros que retoman el guiño doo wop que ya había introducido en Drive-in Saturday.

Prueba de su aparente homenaje o acercamiento a la música de los Rolling Stones, es la versión que incluye del Let's spend the night together de "sus satánicas majestades", en la que de nuevo intenta transmitir cierta locura en la interpretación, dotándola de mayor velocidad. Pese al esfuerzo, el tema palidece comparado con el original, y da la sensación de transitar por un camino que podría haberse evitado, para haber tirado directamente por un atajo hacia las dos obras maestras con las que David Bowie despide uno de los mejores discos de su carrera.

La primera de ellas es The Jean Genie, el auténtico hit atemporal del álbum, con un icónico riff de guitarra y un rotundo estribillo, y Lady Grinning Soul es la excelsa rubrica final de unos músicos en estado de gracia y explorando terrenos musicales en el límite entre el rock y esquemas más clásicos, encabezados por el sublime piano de Mike Garson, acompañando a la perfecta ejecución vocal de un Bowie que logra hacer de la demencia un arte, y que sea fácil rebatir la pregunta que Aladdin Sane se hacía a sí mismo: ¿Quién no va a querer a un muchacho demente si es capaz de hacer discos como éste?

domingo, 10 de enero de 2021

David Bowie - Hunky Dory (Mes David Bowie)

 





El primero de los monumentales clásicos de Bowie. Hunky Dory es claramente el intento de Bowie de hacer un álbum de "cantautor", repleto de pintorescas canciones cargada con bastante piano y con música un poco más variada tanto en sonido como en calidad que el glam rock consistentemente sublime de Ziggy Stardust. Hunky Dory se inspiró parcialmente en una gira por Estados Unidos, de ahí que contenga canciones de tributo a Bob Dylan, Andy Warhol y Velvet Underground, fue algo así como un cambio para Bowie en ese momento y esta considerado un buen golpe en la mesa de Bowie y para su tiempo una verdadera revelación entre las grandes obras míticas de otros músicos (en 1971 estaba el volumen IV de Led Zeppelin, Master of Reality de Black Sabbath, Who´s Next de The Who, y el Stick Fingers de los Rolling Stones) que consiguió situarle en un lugar mucho más alto, permitiéndole desenvoltura a nivel compositivo y preparándolo para lo que sería su momento de fama mundial.

 

Abre el álbum con Changes con ese famoso coro tartamudo que encarna gran parte de lo que Bowie iba a ser, cambiando y evolucionando a lo largo de su carrera musical ya que él nunca tuvo miedo de enfrentar a lo extraño. La canción es muy pegadiza y se te clava en el cerebro entre otras cosas por ese coro que sobresale del resto de la canción. Bowie haciendo "ch-ch-ch-changes", imitando el ritmo del piano sobre el funk deliberado de Trevor Bolder. Oh! You Pretty Things una canción divertida y pegadiza con un sonido muy optimista que logra ser sobresaliente, una vez más, se escuda principalmente en el encanto y la melodía increíble que Bowie es capaz de crear con tanta eficacia, una canción increíble sin pretensiones, que rezuma amor paternal y felicidad difusa. Eight Line Poem la podemos categorizar de curiosidad, más que una canción propiamente dicha. Aunque posiblemente sea la canción más débil del álbum, no está mal, ya que está impregnada de melancolía y sirve para prepararnos para otra de las joyas. Si la escucháramos aparte no pasaría del minuto, ensamblada en el álbum puede resultar hasta apropiada, ya que después de esta vamos a descubrir Life on Mars?, inmensa y atemporal canción de, adopta un enfoque mucho más grandioso, en el que cada momento de la canción conduce al imponente coro culminante. Si bien la melodía y la letra es algo repetitiva, los cambios de tono dan una sensación constante de escalada que hace que la canción sea tan memorable como es. Bowie se ha referido a este tema como "la reacción de una joven sensible a los medios de comunicación" y explicó despues que ella "Creo que se siente decepcionada con la realidad ... que aunque está viviendo en la triste realidad, le dicen que hay una vida mucho mejor en alguna parte, y está amargamente decepcionada de no tener acceso a él ". Bowie se le ocurrió escribir este tema después de que le pidieran que pusiera la letra en inglés de una canción francesa llamada "Comme d'habitude", Paul Anka finalmente compró los derechos de la canción francesa original y la reescribió en inglés como " My Way ", que más tarde se hizo famosa por Frank Sinatra. Life on Mars? utiliza prácticamente los mismos acordes que "My Way" y las notas escritas en el vinilo de Hunky Dory afirman que la canción está "inspirada en Frankie". Aunque es la canción más famosa del álbum no fue lanzada en single hasta pasados dos años de la publicación del álbum.


Kooks está escrita para el hijo recién nacido de David, y espera que él esté feliz de quedarse con 'la pareja de locos' que son sus padres. Es otro número pegadizo, con la voz cautivadora de Bowie y la producción que hace que su marco melódico simple sea aún más interesante convirtiéndose en un buen tributo a The Kinks acompañado de un piano que suena muy a Elton John. Quicksand es una sutil epopeya que se acerca lentamente a ti, llevándote de un lado a otro, desde el juguetón piano de Rick Wakeman a los acordes de guitarra característicos de Mick Ronson, mientras escuchas como Bowie lamenta con tristeza la naturaleza inhibidora de la religión. Esta es una canción tristemente triste, una sátira del ateísmo (en cuyo caso me ofende) o un retrato genuinamente pesimista y desgarrador del cansancio y el cansancio del mundo (¡y este fue solo su cuarto álbum!). Fill Your Heart es extraña, pero encaja perfectamente, un pequeño número deliciosamente juguetón y optimista, que le permite a Wakeman correr arriba y abajo del teclado con una destreza envidiable, después de lo escuchado es quizás una de las más flojas del álbum. Andy Warhol se disfruta con esa guitarra acústica que sube y baja sobre acordes furtivos, convirtiéndose en un tributo al artista, que no pudo vivir para escucharlo, como no se transforma en un paseo en alfombra mágica psicodélica. La guitarra conductora y las letras extrañas ("Andy caminando Andy cansado, Andy duerme un poco") horrorizaron a muchos de los compañeros del artista, pero para el oyente, la canción es una maravilla psicodélica gloriosamente tonta.



En Song for Bob Dylan Bowie se las arregla para sonar un poco como Dylan. La canción es un hermoso tributo a Dylan, pero también queda corta para otras canciones que hemos escuchado. Queen Bitch está bien, una buena imitación de "Sweet Jane" de la Velvet Underground solo que es mucho más energética, utiliza un tono de guitarra más abrasivo, que cuando se combina con la entrega vocal más sarcástica que Bowie proporciona en esta pista, hace que suene muy parecida a una canción de Velvet Underground. No solo aporta algo de frescura al álbum, por ser una pista divertida y contagiosa con un sonido muy optimista que logra ser sobresaliente una vez más, basado principalmente en el encanto y la melodía asombrosa que Bowie es capaz de crear de manera tan efectiva. Cerramos con The Bewlay Brothers, una de las canciones más débiles del álbum, con el mismo tono que "Quicksand" pero no tan conmovedora. Es una bella canción, con aliteraciones y letras que cuentan una historia real, pero que termina este brillante álbum con una nota negativa

miércoles, 6 de enero de 2021

David Bowie - The Man Who Sold The World (Mes David Bowie)

 

The Man Whoo Shold The World

Para la gestación del tercer álbum de estudio de David Bowie, The Man Who Sold The World, vamos a retroceder unos meses, concretamente a abril de 1969, fecha en la que contrae matrimonio con Angela Barnett, modelo, actriz y periodista que tuvo en el artista un gran impacto. Después de contraer matrimonio, Bowie da un golpe de timón y deja a su manager Ken Pitt, con el que tendrá un largo litigio, y contrata a Tony Defries. También es consciente de que una de las carencias de los discos anteriores era la de no disponer de una banda permanente, y reúne para la ocasión a un grupo de músicos a tiempo completo: Hablamos del baterista John Cambridge, Tony Visconti al bajo y Mick Ronson a la guitarra. 

La banda finalmente decide autodenominarse Hype, y al igual que Bowie, que suele disfrazarse en el escenario y crear personajes, también ellos crean su estética y sus propios personajes,  diseñando los glamourosos trajes de las pretenciosas Arañas de Marte. Sin embargo, después de un concierto francamente desastroso, la banda vuelve al segundo plano de toda banda de acompañamiento, aunque las arañas ya habían llegado para quedarse y, poco después, el 17 de abril de 1970, Bowie y los demás comienzan, a caballo entre los estudios Trident y los estudios Advision de Londres, a trabajar en el tercer álbum de estudio del artista. Durante la grabación, surjen problemas entre el cantante y el baterista Cambridge, cuyo estilo no es del agrado de un Bowie exigente, que le acusa de estar estropeando su trabajo. Cambridge acabará dejando la banda, siendo sustituido por Mick Woodmansey.



Finalmente, el 22 de mayo Bowie, acompañado de Ronson, Visconti y Woodmasey, con la colaboración de Ralph Mace con los sintetizadores, y bajo la producción de Tony Visconti, finaliza la grabación de The Man Who Sold The World, publicado por la discográfica Mercury Records en noviembre de 1970 en Estados Unidos, y en abril de 1971 en Reino Unido. El resultado es un disco que, si bien sigue la línea de sonido folk y acústico de sus anteriores discos, empieza a sumergirse en el blues rock y el hard rock. En cuanto a las letras, son más oscuras y explora temáticas como la esquizofrenia, la paranoia, la locura, la religión, la tecnología o la guerra.

 

El disco empleó dos portadas diferentes en Estados Unidos y en Reino Unido. La original fue lanzada en Estados Unidos y era obra de Michael J. Weller, y se basaba en una imagen de John Wayne, pero a Bowie no le gustó demasiado y reclutó al dibujante Keith MacMillan, quien diseñó una portada donde David Bowie posa con un vestido azul diseñado por el diseñador de moda Michael Fish. En cuanto a la recepción del disco, aunque recibe mejores críticas en Estados Unidos que en Reino Unido, resulta ser un fracaso comercial en ambos países. Posteriormente el disco ha sido reconocido por la crítica tanto por el sonido de la banda como por la naturaleza de la música y las letras, considerando éste disco como el comienzo del periodo clásico de Bowie.

El primer tema del álbum, The Width of a Circle, es una epopeya de ocho minutos, que se adentra en el rock progresivo, y donde Mick Ronson se luce con sus improvisaciones. El tema está dividido en dos partes, una primera en la que la letra hace referencia al poeta libanés Khalil Gibran, y en la segunda parte el narrador tiene un encuentro sexual con Dios (otras fuentes interpretan que es el Diablo) en la profundidades del infierno. All The Madmen, tema inspirado y escrito por Bowie para su hermanastro Terry Burns, diagnosticado de esquizofrenia e internado en el Hospital Cane Hill de Londres. El tema habla de la locura y hace referencias a la lobotomía, a los tranquilizantes y a la terapia del electro-shock. El trabajo de Ralph Mace con los sintetizadores le acaba dando un toque desgarrador al tema.

Le sigue Black Country Rock, que se mueve entre la delgada línea que hay entre el blues rock y el hard rock, y que es todo un soplo de aire fresco para un disco que se mueve en una línea muy pesada y oscura. Al final del tema, Bowie se hace pasar por Marc Bolan, y es que al final de la grabación se quedaba sin letras y a Bowie le salió espontáneamente. Todos pensaron que había quedado genial y decidieron dejarlo así. Cierra la primera cara del disco el tema After All, uno de los más subestimados de su carrera, pese a su particular toque folk rock, y donde el artista refleja la influencia que tuvieron en él tanto el poeta, pintor, ocultista y novelista Aleister Crowley como el filósofo Friedich Nietzsche. La canción describe a un grupo de niños que todavía no han tenido tiempo de experimentar las corrupciones y los vicios que llegan con la edad adulta.



Comienza la cara B con Running Gun Blues, tema donde vuelve el sonido hard rock que Bowie había introducido por primera vez en su trabajo, y donde la letra hace referencia a la masacre de My Lai durante la guerra de Vietnam, en la que las tropas estadounidenses asesinaron a muchos civiles desarmados. Savior Machine sigue la línea de sonido del tema anterior, y en ella Bowie trata la temática de las computadoras, que finalmente acaban superando a la raza humana. She Shook Me Cold, aunque está atribuida únicamente a Bowie, surge a raíz de una improvisación de todos los músicos. La letra nos habla de un encuentro sexual de un hombre con una mujer, con continúas referencias al sexo oral. The Man Who Sold The World, tema que da título al ábum, y que ha sido descrito por muchos críticos como "inquietante" y "enigmático" por sus crípticas letras inspiradas en numerosos poemas, y que hacen referencia a un hombre que ya no se reconoce a sí mismo y se siente mal por ello. Bowie comentaría más tarde que el tema trata de los ángeles y demonios de su interior, llegando a decir también que era una secuela de Space Oddity. Es sabido que el artista luchó durante mucho tiempo con su identidad y se expresaba a través de sus canciones, creando a menudo personajes para interpretarlas. Cierra la cara B y por tanto el disco The Supermen, tema donde el hard rock vuelve a estar presente, y vuelve a inspirarse en Friedrich Nietzsche y HP Lovecraft. Bowie hace referencia a las visiones apocalípticas de Nietzstche en su teoría de Übermensch. Según Bowie el tema surgió cuando él creía entender a Nietzsche, y era un intento por traducirlo a sus propios términos.

The Man Who Sold The World es quizás uno de los álbumes menos conocidos de Bowie, pero con el tiempo, tanto crítica como público han acabado reconociéndolo y apreciándolo. La versión que Nirvana hizo del tema titular de este disco ayudó mucho al renacer de esta obra y su reconocimiento, pero son muchos los grupos y artistas que han versionado otros de los temas de éste disco. Por algo será...

domingo, 3 de enero de 2021

David Bowie - Space oddity (Mes David Bowie)

 


Después de su primer disco, que llevaba por título David Bowie y que pasó desapercibido, Bowie publica este encantador disco de pop-rock psicodélico: Space Oddity que supuso el espaldarazo absoluto para esas ideas que desde su adolescencia tenia y que cuando te sumerges en ellas, te sorprendes de lo maravilloso que es. Tiene de todo, desde balada pop puro hasta rock psicodélico y pop progresivo hasta folk y ... bueno, todo. Un álbum que es más un disco de cantautor tradicional que de un Dios del glam rock; sin embargo, se ha convertido en un álbum clásico con gran estilo y arrogancia para satisfacer a la audiencia actual, el álbum muestra una madurez impropia de Bowie que después de tres años intentándolo, finalmente llega a las listas de éxitos.

 


Abrimos con la enormemente famosa "Space Oddity" que sin duda es la mejor manera de comenzar y la mejor canción del álbum, no es que sea una composición excelente, sino que también fue una estratagema muy inteligente al aprovechar un acontecimiento mundial tan importante: los viajes espaciales. "Space Oddity" es tan descriptivo en este tema como "Heroin" de Lou Reed sobre la experiencia de consumir drogas. Comenzando con el diálogo de “Major Tom” con "Ground Control", la canción empieza con la cuenta regresiva de 10 a 1 hasta el clímax del despegue y concluye con un "circuito muerto" que avería la nave y el personaje principal se da cuenta de que probablemente nunca regresará a la tierra. Sin embargo, este desastre se encuentra con una respuesta bastante optimista, de ahí la frase "El planeta tierra es azul y no hay nada que pueda hacer". El acompañamiento orquestal también le da un verdadero sentido dramático a este clásico. "Unwashed And Somewhat Slightly Dazed" es un número de folk / blues crudo y desigual. Probablemente es lo más cercano que ha estado Bowie de imitar el estilo Bob Dylan, el sexo y los conflictos de clases toman el protagonismo ya que Bowie describe a una chica bonita pero esnob que lo espia desde la casa de su padre rico. “Letter to Hermione” es una canción muy melódica que parece que podría desentonar en el álbum, aunque se vislumbra un sonido progresivo y psicodélico, se queda más en el lado de lo comercial que en el vanguardista. Una balada de ensueño que nunca logra explotar y hubiera necesitado algún tipo de variación musical. Hermione encuentra a Bowie en un extraño estado de ánimo confesional suspirando por una amante que lo ha despreciado. La canción es confesional cuanto que Hermione es un personaje muy real del que se enamoró el joven David Jones, pero por quien se sintió o fue rechazado.


“Cygnet Committee” es nerviosa, el bajo es fuerte, la batería retumba, el tempo es lento y David Bowie está cantando con una voz lenta operística, tiene una introducción que me gusta mucho, pero eso es todo, se hace muy, muy larga quizá la peor canción de todo el álbum. La canción narra su participación y ambivalencia sobre un colectivo de artistas contraculturales a finales de los 60 donde el artista no oculta su decepción con este colectivo y lo trata como un microcosmos de la cultura hippie utópica de esa época, Bowie destroza las promesas huecas de los hippies de los 60. “Janine” es una canción alegre y pegadiza de ritmo rápido. Llega en un gran momento después de toda la música de tempo lento que acabamos de escuchar. ¡Y maldita sea, ¡es pegadiza! Convirtiéndose en un número agradable y familiar, ideal si quieres mover un poco tus caderas. “An Occasional Dream” es una canción melódica donde la flauta juega un papel clave con la excelente voz de David Bowe. Una bella canción, pero que no llega a trasmitir demasiado. “Wild Eyed Boy of Freecloud” es otra canción de flauta, quizas más melódica y con sintetizadores adicionales. “God Knows I'm Good” es una canción similar a Janine , también muy bailable y folclórica. Además, me gusta mucho la letra, donde nos cuenta los pensamientos de una insignificante ladrona que espera la intervención divina cuando es sorprendida in fraganti.

 


El cierre del álbum está casi a la altura del comienzo ya que los más de 7 minutos de Memory of a Free Festival dan para mucho, comienza inquietante y lento, pero expresa una emoción indescriptible, trasmite felicidad y realmente da una sensación cálida y difusa en el interior. Por eso me encanta tanto. El 16 de agosto de 1969, un joven músico de rock psicodélico llamado David Bowie subió al escenario en el Free Festival, que se celebró en Croydon Road Recreational Ground en Beckenham, Inglaterra. Bowie había ayudado a organizar el festival en su ciudad natal, con la esperanza de recaudar fondos para el Beckenham Arts Lab, la canción puede haber sido un romanticismo versión de cómo se sintió realmente ese día ya que solo unos días antes, Bowie había sufrido la muerte de su padre, y su estado de ánimo, comprensiblemente, fue todo menos feliz durante el festival. Al escuchar la canción se puede imaginar la canción siguiendo la línea temporal de su vida hasta ese momento: su voz al principio es casi infantil, una cualidad potenciada por el hecho de que el único acompañamiento musical es el órgano de un niño. A medida que la canción se acerca al final, escuchamos una progresión hacia el sonido característico de Bowie, las poderosas voces y los arreglos casi caóticos, pero cuidadosamente cuidados.

 

En general, este es un álbum difícil de "calificar" porque funciona más como una muestra de varios estilos que como un álbum con un arco estético. Bowie continuaría explorando diferentes estilos con resultados mixtos hasta que aprendió a comunicarse a través de personajes (Ziggy Stardust, A Lad Insane, Halloween Jack, Thin White Duke,) Pero en 1969, todo eso era historia futura. Lo que me llama la atención aquí es que (el Mayor Tom no obstante) Bowie no está ocupando ningún papel teatral aquí. El álbum está lleno de reflexiones sobre sus experiencias y sentimientos reales de la vida. En resumen, un registro interesante, y por momentos gratificante, de este artista de joven.

sábado, 2 de enero de 2021

La música en historias: El Mes David Bowie


Decíamos en la despedida del #MesJohnLennon que nuestro siguiente monográfico en 7días7notas sería sobre otro genio indiscutible de la música, con curiosas conexiones con el último Lennon y su trágico final. En concreto, nos referíamos a la leyenda de que el asesino de Lennon manejaba como alternativa, si el plan inicial fallaba, asesinar a David Bowie, ya que se encontraba precisamente en Nueva York en aquellas fatídicas fechas, protagonizando una obra teatral sobre la desdichada vida del conocido como "Hombre Elefante", uno de los papeles más reconocidos por la crítica dentro de lo que fue la faceta paralela del Bowie actor.

Las conexiones con Lennon eran recientes y evidentes, y partían de la colaboración del de Liverpool en el álbum Young Americans, el disco "americano" de Bowie, dónde habían firmado juntos el tema "Fame". En ese mismo disco, y quien sabe si a cambio de esa colaboración o como reconocimiento a la figura del ex-beatle, David Bowie incluyó una versión de Across the Universe, y lanzó además un guiño a la canción "A day in the life" en los coros gospel del tema que daba título al disco, que hacia el final del tema cantan "I read the news today, oh boy".

Todo esto no son, en realidad, más que curiosidades y coincidencias, interesantes en este tránsito del #MesJohnLennon al #MesDavidBowie, pero no han sido los motivos por los que hemos elegido al Duque Blanco y a Ziggy Stardust para llenar de colorido el mes de enero. Nos ha movido más la relevancia de una obra de calidad, tan extensa y cambiante, que le llevó a ganarse el sobrenombre de "El Camaleón", y un deseo irrefrenable de mostrar a toda una generación (la que le conoció a través de sus prescindibles discos de los ochenta) lo que este músico dio al mundo durante la década de los setenta, sin olvidar algunos interesantes discos de su última etapa de madurez.

Dicho de otro modo, era cuestión de tiempo, y el #MesDavidBowie tenía que llegar tarde o temprano, y ha llegado finalmente en el mes en el que nos dejó, hace ahora cinco años (como en el título de esa mítica canción con la que empezaba el que probablemente sea su mejor disco, "The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars"). Otra coincidencia más, de esas que no son necesarias para justificar la elección de alguien con una carrera musical de la relevancia y el nivel de la de David Bowie. Como dijo otro grande, que no es de Liverpool ni de Londres, sino de Úbeda, y que ya tuvo un mes dedicado al repaso de su también extensa y aclamada obra, para elegir enero como el #MesDavidBowie "Nos sobran los motivos".