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miércoles, 24 de febrero de 2021

0055: Frankie Avalon - Venus

 


Descubrió su afición por el mundo artístico con apenas 9 años época en la cual se inició en el estudio de la trompeta  con el propósito de convertirse en una gran  trompetista al estilo de Louis Armstrong o Harry James, los mejores exponentes del género por aquellos años, está claro que no llegó a eso pero al menos consiguió pequeñas actuaciones en los shows televisivos de Jackie Gleason  y Ray Anthony que le sirvió para convertirse en un “ídolo adolescente” a finales de la década de 1950 y principios de la de 1960, ser conocido en todo el país como cantante y posteriormente estrella de cine, especialmente en películas denominadas de "playa", tenía la estampa del vecinito perfecto, alguien muy familiar. John Wayne había sido su mentor y defensor lo que ayudó a su carrera como cantante y como actor. En verdad, Avalon probablemente era mejor actor que cantante. Dio la casualidad de que se topó con la oportunidad de cantar esta canción muy bien escrita, "Venus", en 1959 y no lo desperdició. Frankie Avalon fue considerado dentro del grupo de los llamados "Caras bonitas", del rock junto a Paul Anka, Bobby Rydells, Fabian o Ricky Nelson entre otros  por su agraciado rostro, situación que contribuía –al menos en aquella época-, de manera importante al éxito comercial de los artistas, especialmente a través de las presentaciones televisivas y actuaciones en directo, pero, como con tantas otras cosas que componían la “escena” de la música pop estadounidense a mediados de la década de 1960, el atractivo de Avalon se desvaneció con la avalancha de la invasión británica.

 

Sociológicamente, "Venus" es un reflejo de una época diferente a la nuestra, una época de valiosa inocencia, tal vez un último reflejo musical pop de la ingenuidad de la posguerra acrecentada por una excelente grabación pop. Escuchar ese clavicémbalo, y por encima de todo, deteneros en esas voces femeninas de acompañamiento de ensueño, una percusión ligera y cambiante, el ritmo inusual, una mezcla de cha-cha y calipso. Era un caramelo que eclipsó todo lo que había hecho antes y por supuesto nunca volveria a cantar otro tema como este, una canción de ídolos adolescentes que trascienda su género. La canción pasó cinco semanas en el número 1 en las listas de éxitos e incluso llegó al número 10 en la lista de R&B, un logro poco común para un cantante pop italoamericano.