En 1989, Charly García presentó al mundo Cómo conseguir
chicas, su quinto álbum de estudio. El álbum fue hecho a partir de canciones
sueltas que no habían encontrado destino fijo o que habían sido concebidas para
Sui Generis o La Máquina de Hacer Pájaros. Considerado por la crítica como una
nota al pie en la discografía del músico argentino, se supo ganar un lugar en
el podio de las rarezas y los lugares de culto. Los fanáticos lo celebran por
lo que es: una joya extraña que, desde su sugerente tapa, seduce y desconcierta.
El rol central de la mujer se puede ver en la tapa del disco: una joven con el
pelo largo que mira fijo al espectador. Sus ojos celestes se vuelven joyas
hipnóticas que reclaman atención, mientras sus labios rojos se pierden entre
pétalos naranjas y amarillos. Hay un arreglo floral que compite por la atención
en la foto, pero la mujer pareciera ser la única flor que importa. Ella podría
ser la protagonista de una pintura del Renacimiento, pero también se asemeja a
una modelo de alguna publicidad de cosméticos o perfumes. La imagen, entre el
misterio y la ironía, coquetea con la idea de vender algo: cómo conseguir
chicas, primera misión para los hombres del rock and roll. Tanto los carteles
de calle que anunciaba la gira de conciertos como el tour book de la gira 89
mostraba a los músicos de la banda de Charly vestidos, maquillados y peinados
como mujeres al lado de una Hilda Lizarazu impecable que vestía la misma ropa y
un Charly al frente luciendo chaleco primaveral y camisa blanca ostentando un
ramo de flores en las manos. Las fotos fueron hechas por Alejandro Kuropatwa. Un
hito que se hizo realidad en esta gira fue su presentación en el Ritz de New
York el 18 de marzo de 1990.
El álbum comienza con “No toquen” una estampida de canción,
los ruegos desaforados de Charly son marcados por los parches de Samalea y el
solo de guitarra hipnótico que imprime su autor, un tema casi power para
hacernos olvidar del (excelente) Pop del disco anterior, ya tenemos servido un
gran inicio de disco. El tema refleja la importancia de la individualidad, la protección
de pertenencias y los límites personales, y la resistencia a la influencia o
intrusión externa, refleja el deseo de Charly García de mantener el control
sobre su expresión artística y su espacio personal. Sigue “Zoca Cola” con aires
de bossa nova que envuelve la dulce melodía de los teclados, uno en especial
que lleva el ritmo de todo el tema, y la categoría de Charly aportando los
elegantes acordes desde su guitarra acústica, el repetido instrumental del
final agrega una sensación de melancolía e introspección y captura las
emociones conmovedoras del anhelo, las oportunidades perdidas y la naturaleza
agridulce del amor no correspondido. El Re Menor arrastrado presenta “Fanky”,
un clásico de Charly y uno de los riffs más reconocibles del Rock Argentino, parece
celebrar la idea de disfrutar la vida y no dejar que la negatividad y la duda
se interpongan en el camino. El coro enfatiza este sentimiento al afirmar:
"No voy a parar, no tengo dudas / No voy a descender, déjalo subir".
Esto puede interpretarse como un mantra para perseverar y prosperar sin
importar los obstáculos. El violín de L. Shankar nos abre la puerta de la
misteriosa, algo tensa y finalmente dulce “No me verás en el subte”, mucha
presencia de teclados y aires orientales para una gran composición en forma de
suite. Una historia divertida y disparatada nos propone “Ella es bailarina” con
el protagonismo de una bailarina, un maestro, un policía y un sacerdote. Charly
y Samalea se hacen cargo de todo lo que se escucha. Palmas, coros y un solo con
sonido de saxo un canción de la época de "La máquina de hacer
pájaros" nos sirve un rock acelerado pero inofensivo, con aires festivos
cierra el lado uno del disco
El lado 2 abre con “Anhedonia”, con clima inicial de playa
nos transporta a un lugar que Charly va describiendo con figuras y sensaciones.
Empieza con una batería programada y promediando el tercer minuto arremete con
todo la batería de Mario Serra llevando la melodía a un clima más espeso y
fuerte.
“Suicida” es un tema bastante
Pop de Charly pero esta vez no logra atraparme, es simplemente aceptable se nota
bastante que es un descarte de otro álbum, canción de medio tiempo con tono
alegre y ligero aire de samba brasilera que acompaña la denuncia urbana de la
letra. “Fantasy” es extremadamente Pop pero sin perder la dignidad y que sea pop
no signignifica que sea mala, al revés es bastante buena, enorme solo de Garcia
López tocando las notas justas con
impecable
calidad. Conmovedores teclados que marcan el in crescendo de esta obra
respaldada por los arreglos clásicos, corales y el compás de Fernando Samalea. “A
punto de caer” (la única canción del disco en la que Charly comparte autoría)
tiene una cadencia al estilo de Zoca Cola. Resaltan el bajo de Lupano y las
guitarras acústicas de Charly. Dan ganas de escuchar un poco más del solo de
guitarra aportado por el ex Manal y La Pesada Claudio Gabis.
Un disco hecho con sobras de otros discos, se nota bastante.
Es el disco ochentoso de Charly que menos canciones memorables tiene, pero
tiene un gran plus que lo salva de ser malo: la producción. La batería suena
excelente, el bajo esta vivo y la voz esta muy bien mezclada. Siempre es un
buen momento para volver a prestarle atención y redescubrir esta perla marca
Garcia.