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miércoles, 18 de octubre de 2023

Black Sabbath - Sabotage (Mes Black Sabbath)



El sexto álbum de estudio de Black Sabbath, "Sabotage" (1975) no es tan solo una más de las muchas demostraciones de la banda de como facturar potentes discos de heavy metal clásico, sino que, para la ocasión, los Osbourne, Iommi y compañía se afanaron en dotar a las ocho canciones que componen el disco de una versatilidad de estilos y tendencias que habían desarrollado en menor medida en sus anteriores obras, más marcadas por su característico sonido oscuro y lúgubre.

El disco arranca con la enérgica "Hole in the Sky", con un característico riff de guitarra firmado por Tony Iommi. El "agujero en el cielo" es una amenaza inminente para un mundo sumido en la decadencia y la oscuridad, y una canción brillante al más puro estilo sombrío y poderoso de los mejores temas de Black Sabbath. Es un arranque continuista con el estilo y la atmósfera típicos de la banda, pero no hay que esperar mucho para comprobar que la intención de dar cabida a otros colores en su paleta es firme y decidida. En "Don't Start (Too Late)", pista instrumental que sirve como breve interludio previo al siguiente tema cantado, Tony Iommi toma las riendas y conduce la oscura diligencia hacia terrenos más verdes y luminosos, en un tremendo ejercicio de virtuosismo con la guitarra acústica, creando una pieza sorprendentemente suave y melódica.

Tras el receso acústico, "Symptom of the Universe" explota en todo su esplendor con otro de los más grandes y característicos riffs de guitarra de Iommi. Estamos ante una de las canciones más relevantes del disco y de la carrera de Black Sabbath, que nos lleva en volandas con su ritmo rápido y pesado, y que transita incluso territorios del rock progresivo en el puente a mitad de canción. Las letras no se alejan de las temáticas clásicas de la banda, y sumergen al oyente en un oscuro mundo de ansiedad y paranoia, del que no terminan de salir en "Megalomania", una de las canciones más largas del disco, y en la que tras un comienzo de órgano melancólico y la sombría voz de Ozzy Osbourne, nos encontramos con tramos en los que, de nuevo, la banda se desmelena y se lanza al rock progresivo. El avance gradual de la canción, salpicada de impresionantes cambios de ritmo y variaciones instrumentales, es realmente impactante. Como su propio título indica, la letras explora de manera introspectiva el tema de la megalomanía y el egocentrismo obsesivos.

Superado el largo e impactante tránsito por el mundo de la megalomanía, la energía heavy metal más básica vuelve con fuerza en "Thrill of It All", con otro riff poderoso y un estribillo más asequible y pegadizo. La megalomanía anterior quizá fuera consecuencia de la fama y la adicción a la adrenalina del éxito y los escenarios que sufre una banda de renombre, que se erigen aquí en los temas principales de la letra de la canción. Imposible no pensar en la relación entre la temática de esta pieza y el título de la siguiente, "Supertzar", un juego de palabras con el término "Superstar", que le pone efectivo nombre a la segunda de las canciones instrumentales de "Sabotage", que a diferencia de la anterior, tiene un planteamiento sonoro mucho más grandioso y orquestal, con un enorme coro y un imponente órgano destacando sobre el conjunto y creando un clima de majestuosidad que contrasta con la oscuridad del álbum y de la banda.

Un nuevo giro sorprendente nos espera en "Am I Going Insane (Radio)", una reflexión sobre la inestabilidad mental y la locura con un sonido que, aunque mantiene las credenciales básicas de la banda, es mucho más ligero y accesible. Es la pieza perfecta para abrevar y tomar aire antes de la traca final de "The Writ", una canción intensa y compleja que explora en sus letras temas tan intensos como el resentimiento y la culpa. Su riff de guitarra pesado va evolucionando a lo largo de sus más de ocho minutos, y la voz de Ozzy transmite de manera brillante la emoción cruda que acompaña a la canción, logrando una despedida épica para un álbum en el que demuestran que, aún manteniendo las características con las que crearon un género en sí mismo, tienen la versatilidad suficiente para moverse en terrenos progresivos y melódicos más arriesgados, en un acto de "sabotaje" de sus propios postulados, que para una banda tan oscura podía haber terminado en suicidio profesional, pero que abrió su propuesta musical a otros horizontes, impresionando a propios y extraños con el impactante resultado de este particular "Sabotage".

miércoles, 4 de octubre de 2023

Black Sabbath - Black Sabbath. (Mes Black Sabbath)



¿Fue el 13 de febrero de 1970 la fecha en la que nació el heavy metal? Antes de esa fecha, grupos como Led Zeppelin o Deep Purple habían bebido del blues y de esquemas clásicos para crear un rock eléctrico de gran intensidad y complejos desarrollos instrumentales, pero en la fecha antes comentada se publicó un disco que cambiaría el paisaje sonoro reinante hasta el momento: el álbum debut de Black Sabbath.

El disco "Black Sabbath" no solo abrió la puerta a un nuevo género musical marcado por una mayor oscuridad y dureza de sonido con respecto a bandas y conceptos anteriores, sino que lanzó internacionalmente a Black Sabbath como uno de los grupos más influyentes e icónicos del género recién creado y de la historia del rock en general. Formados en Birmingham en 1968, los Black Sabbath se componían de Tony Iommi (guitarra eléctrica), Geezer Butler (bajo), Bill Ward (batería) y el carismático Ozzy Osbourne como vocalista.

El disco comienza con la canción que da título tanto al álbum como a la banda, la inquietante "Black Sabbath" y su célebre introducción conocida como el "Trítono del diablo", un icónico riff de guitarra que al instante se convirtió en referencia para los seguidores de la banda y del naciente heavy metal en general. Sombría y misteriosa, la canción describe a una figura oscura y siniestra, en un tono y una atmósfera lúgubres que predominarán a lo largo de las ocho canciones del álbum. Casi tan oscura es "The Wizard", pero aquí la banda da rienda suelta a un mayor derroche de destreza instrumental, y la inclusión de una hipnótica armónica la convierte en una pieza destacada y distintiva. El mago del título no es otro que Gandalf, el personaje de "El Señor de los Anillos", aportando al disco ese toque de fantasía épica y medieval que tan habitual sería después en el género del heavy metal.

Igualmente inquietante es "Behind the Wall of Sleep", con una marcada línea de bajo y una intensa interpretación vocal, y añadiendo para la ocasión un cierto aire psicodélico. La oscuridad sigue reinando en los surcos con "N.I.B.", en la que de nuevo es el potente bajo el que marca el camino hacia las sombras. Ozzy Osbourne pone aquí voz a un Lucifer enamorado, mientras la aportación de la guitarra eléctrica de Tony Iommi hace que la canción roce la categoría de obra maestra.

Tras tanta oscuridad, una canción como "Evil Woman" es, por su sonido más abierto y de blues rock, un resquicio de luz colándose entre los barrotes de una lúgubre mazmorra. Se trata de una versión de un tema de la banda británica Crow, pero encaja igualmente en el conjunto del disco. La luz que ha dejado entrar el blues no se disipa en el siguiente corte, "Sleeping Village", pieza instrumental que trae consigo inesperados aires frescos y melódicos, y que funciona como efectivo interludio antes de la de la gran pieza final.

Un disco tan oscuro solo podía terminar con una gran coda final. "Warning" es una gran versión extendida de la canción "Retaliation" de Aynsley Dunbar, plagada para la ocasión de largos solos de guitarra que la dotan de una intensidad y una energía enormes. Es una muestra más de la influencia del blues rock en el género, pero con un tratamiento totalmente diferente al de los anteriormente mencionados Led Zeppelin o Deep Purple, que tocaban con las cortinas descorridas, mientras que los Black Sabbath lo hicieron desde lo más profundo de un oscuro sótano, en el que reinan la oscuridad y la crudeza más opresivas.

jueves, 29 de diciembre de 2022

0728.- Paranoid - Black Sabbath



El segundo álbum de los británicos Black Sabbath iba a llamarse inicialmente "War Pigs", pero debido a la fuerte carga política y antibelicista de la canción que iba a darle nombre, la discográfica presionó para que se cambiara. La elegida para dar nombre al disco pasó a ser entonces "Paranoid", una descarga eléctrica de dos minutos que podría englobarse tanto en el terreno del heavy metal como del "protopunk" de The Stooges o The Ramones, y que se había incluido en el disco como relleno, ya que los Sabbath no terminaban de verla como un hit. Grabado y publicado en 1970, "Paranoid" fue nº1 en Reino Unido, lo que significó el primer gran éxito de la banda, y se convirtió después en un disco de culto para las generaciones posteriores.

Pero quizá lo más sorprendente para el grupo no fuera el éxito del disco, sino que una canción que habían compuesto en apenas media hora de descanso entre sesiones de grabación, y que apenas contaba para ellos, se convirtiera en el tema más exitoso de su carrera. La canción surgió cuando Tony Iommi, mientras esperaba a que el resto de la banda volviera de buscar unas cervezas, empezó a tocar un riff que surgió de la nada. No tenía grabadora, así que estuvo tocando el riff hasta que los demás volvieron, para que no se le olvidara. La letra vino después, y en línea con el resto del disco, se centró en la parte más negativa de la condición humana. En el caso de "Paranoid", y como su propio nombre indica, lo que se cuenta es la angustia y la desesperación de un enfermo mental.

El sencillo de "Paranoid" se completó con la canción "The Wizard" en la cara B, y alcanzó el nº4 de las listas de Reino Unido, siendo nº1 en Alemania​ y nº2 en Países Bajos, Bélgica y Suiza. Sorprendentemente, fue en Estados Unidos, la tierra de los mencionados Stooges y Ramones, dónde peores resultados obtuvo, quedándose en el puesto 61 de las listas USA, pero ese pequeño traspiés no hizo que Ozzy Osbourne y compañía se volvieran "paranoicos" al respecto, y acabaron por conquistar también a los oyentes del otro lado del Atlántico.

viernes, 4 de noviembre de 2022

0673.- The Wizard - Black Sabbath

 

The Wizard, Black Sabbath


     El 13 de febrero de 1970 se producía el debut discográfico de Tony Iommi (guitarra), Geezer Butler (bajo), Bill Ward (batería) y Ozzy Osbourne (voz), o lo que es lo mismo, Black Sabbath. El título del álbum sería publicado bajo el mismo nombre de la banda, Black Sabbath. Este disco está considerado por muchos como el primero de la historia del metal, y además punto de partida para la creación y desarrollo de dicho género. El álbum fue grabado en una única sesión el 16 de octubre de 1969 en los estudios Regent Sound de Londres. El grupo tardó unas ocho horas en grabarlo y tuvo un coste de unos 1200 dólares. El disco, producido por Rodger Bain, fue publicado bajo el sello discográfico Vertigo Records, y tras su lanzamiento llegó a alcanzar el puesto número 8 en las listas de ventas del Reino Unido y el puesto número 23 en la lista estadonidense Billboard 200.

Incluido en este aĺbum debut se encuentra The Wizard, tema acreditado a toda la banda. Para su composición el grupo se inspiró en el personaje de Gandalf de El Hobbith y El Señor de los Anillos, las famosas obras de J. J. R. Tolkien. La canción trata de un mago que usa su arte, la magia, para animar a todo el que se encuentra a su paso. También se rumoreaba que la canción tenía un doble sentido y trataba de un vendedor de drogas que abastecía a la gente para hacerla "felíz". Toni Iommi aclararía el sentido de esta canción en su libro "Iron Man: My Journey Through Heaven and Hell with Black Sabbath", donde explicaba que Ozzy Osbourne y Geezer Butler iban un día contentos a causa de las drogas y vieron a un hombre haciendo el tonto fuera de un club, parecía una especie de elfo para ellos. Así nació la canción The Wizard. La canción fue utilizada como cara B del primer sencillo de Black Sabbath, Paranoid, que fue lanzado antes de su segundo álbum. The Wizard es un sensacional tema marcado por unos imponentes cambios de ritmo y la presencia de una armónica, la cual fue grabada por Ozzy Osbourne. Al igual que el tema Iron Man, The Wizard acabó conviriténdose en una especie de personaje y apelativo para el cantante de la banda Ozzy Osbourne, a quien llamaban The Wizard (El Mago).