Hablar del Irish Tour '74 es hablar de cómo descubrí a Rory Gallagher, y confesar que lo hice tarde, en 2016 concretamente. Aquel año, me trasladé temporalmente a Londres por motivos laborales. Antes de marcharme, y siendo para mí Londres la capital del vinilo, pregunté a mi amigo Jorky que discos quería que le trajese de vuelta. Su respuesta: "Tráeme todo lo que encuentres de Rory Gallagher". Y eso hice, armado además de la curiosidad por saber más de la música y canciones de un guitarrista hasta entonces desconocido para mí. La pregunta "¿Tienes algo de Rory Gallagher?" se convirtió en obligatorio mantra con el que rompía el hielo en todas y cada una de las tiendas de discos que me dio tiempo a visitar durante los casi cuatro meses de estancia en la capital inglesa.
Así fue como una tarde, en una pequeña cafetería de Portobello Road que hacía también las veces de tienda de discos, encontré un disco doble en directo llamado Irish Tour '74. Pensé que un disco en directo no sería precisamente lo que estuviera buscando alguien que quiere conseguir la discografía de un artista, pero la emocionada respuesta de Jorky a mi llamada me hizo ver que lo que tenía entre manos era un disco grande. Me dijo que era su segundo álbum en directo, grabado como su nombre indicaba en distintos recintos de Belfast, Dublin y Cork, y que estaba tardando en comprárselo y en escucharlo las veces que quisiera, hasta que pudiera llevárselo a Madrid.
En Irish Tour '74 su amor incondicional por el blues se ve reflejado en la inclusión de versiones de artistas como Muddy Waters (I wonder who) Tony Joe White (As the Crow flies) y J.B. Hutto (Too much alcohol), todas ellas adaptadas al toque particular y eléctrico con el que Rory Gallagher dotaba a sus propias composiciones, con presencia también relevante en el disco. Temas de cosecha propia como Cradle Rock, Tattoo'd Lady, A million miles away, Walk on hot coals y Who's that coming son auténticos himnos Gallagherianos que crecen en intensidad y duración en este brillante resumen en vinilo de aquel Irish Tour '74. En la reedición del disco (1999) se incluyeron dos temas extra, Back on My Stompin' Ground (que provenía de una jam session durante la gira) y una versión de Maritime de Rosco Gordon.
Tanto Gallagher como su banda de acompañamiento estaban muy rodados y compenetrados musicalmente en aquella época, y ese feeling se percibe en la fuerza de las canciones en directo. Y por si eso no fuera suficiente, el Irish Tour '74 es, involuntariamente, un documento histórico de una de las épocas más complicadas de Irlanda, porque la actuación de Belfast coincidió con uno de los momentos más violentos del IRA. El día anterior al concierto, fueron varias las bombas que estallaron en diferentes puntos de la ciudad. Todo apuntaba a que Gallagher tendría que cancelar su actuación, pero el músico se mantuvo firme en su deseo de tocar y el concierto se convirtió en un momento cumbre, en el que músicos y asistentes compartieron la sensación de haber estado presentes en un momento único e irrepetible en una situación complicada, en la que la mayor parte de las bandas del momento borraban Belfast de su lista de destinos de gira.Yo no viví aquello, y mi experiencia con este disco es bien distinta, así que cuando lo pongo y cierro los ojos no veo bombas ni tanques en las calles. Veo a la gente pasear pacíficamente de un lado a otro, desde la cristalera de aquella pequeña cafetería de Portobello Road, y el momento en que el Irish Tour '74 cayó en mis manos se repite una vez más en mi cabeza, aunque realmente ahora ya esté a un millón de millas de distancia de aquel día.
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